(Expansión, 30-12-2025) | Laboral
Las personas de 55 años o más, que tradicionalmente presentaban las tasas de desempleo más bajas, registran por primera vez un nivel de paro 0,4 puntos superior al de la población activa de entre 25 y 54 años, según un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Este diferencial, que hasta ahora beneficiaba a los trabajadores de mayor edad, comenzó a revertirse a partir de 2023 y se traduce, en el promedio de los tres primeros trimestres de 2025, en una tasa de paro del 9,8% para este colectivo. El deterioro relativo del empleo entre los mayores observado en las últimas décadas oculta, no obstante, importantes contrastes entre quienes han logrado permanecer ocupados de forma continuada a lo largo de su vida laboral y aquellos que se han visto obligados a buscar trabajo una vez superados los 55 años.
Los mayores que han pasado por el desempleo afrontan una mayor precariedad laboral, con menos opciones de reincorporarse al mercado de trabajo y, cuando lo consiguen, con empleos de peor calidad que los que suelen obtener las generaciones más jóvenes.
En un escenario marcado por el envejecimiento de la población, el incremento del gasto en pensiones y una creciente necesidad de capital humano, el estudio subraya la urgencia de impulsar reformas orientadas a mejorar el empleo y la cualificación de los trabajadores de más edad.
En esta línea, los autores defienden la necesidad de dejar atrás los prejuicios asociados a la edad y fomentar que las empresas apuesten de forma decidida por la formación de los profesionales sénior. La escasez progresiva de trabajadores jóvenes, el aumento de las jubilaciones y las mayores dificultades para cubrir vacantes hacen, a su juicio, imprescindible reforzar el papel de este colectivo en el mercado laboral.