(El Economista, 03-09-2025) | Laboral

El desempleo de larga duración se ha convertido en el mayor desafío del mercado laboral español. En la segunda mitad del año, el número total de parados todavía era un 7% superior al registrado en el mismo periodo de 2008, justo antes del colapso de Lehman Brothers. Sin embargo, este aumento se explica exclusivamente por el repunte del paro entre los trabajadores de más edad, que se ha disparado un 138,4%. En contraste, los menores de 25 años presentan un descenso del 21% y los de entre 25 y 49 años, del 11%.

Actualmente, el desempleo sénior afecta a más de 790.000 personas, de las cuales un 55% lleva más de un año en búsqueda activa. Estas cifras son comparables a las de 2011, en plena Gran Recesión, lo que convierte a este colectivo en el único que no ha logrado volver a los niveles previos a la crisis financiera e inmobiliaria, mostrando incluso un deterioro respecto a entonces.

Esto refleja que uno de los grandes retos pendientes es diseñar políticas activas de empleo capaces de hacer frente al denominado edadismo laboral, que impide que la recuperación económica beneficie de manera equitativa a todos los grupos de demandantes de trabajo.

El próximo 15 de septiembre se cumplirán 17 años desde la quiebra de Lehman Brothers, un acontecimiento que marcó el inicio de la crisis financiera global y que, en España, elevó el paro hasta un récord de 6,3 millones en 2013. Desde entonces, el número de desempleados se ha reducido a 2,5 millones según la última EPA, aunque con fuertes contrastes por edad: los menores de 25 años registran mínimos históricos (490.000 parados), los de entre 25 y 49 años presentan el mejor dato desde finales de 2007 (1,3 millones), mientras que los mayores siguen atrapados en niveles similares a los peores años de la crisis.

Paradójicamente, pese a que España cuenta hoy con más ocupados que nunca, la tasa de paro continúa por encima de la registrada antes de la Gran Recesión. Es, además, el único país de la UE que mantiene este indicador en doble dígito: 10,29% en el segundo trimestre, apenas medio punto por debajo de la cifra de 2008.

Conviene recordar que la tasa de paro se mide como proporción de la población activa, lo que implica que, aunque aumenten los ocupados, el desempleo también puede crecer en cifras absolutas. Esta fórmula suaviza parcialmente la percepción del problema, pero el impacto real sigue siendo limitado: España continúa en un escenario similar al de los primeros síntomas del estallido de la burbuja inmobiliaria, que, tras la caída de Lehman, provocó un efecto dominó tanto en la construcción como en el sistema financiero.

La reestructuración bancaria que acabó con gran parte del modelo de las antiguas cajas de ahorro tuvo un fuerte coste en empleo, especialmente entre los trabajadores veteranos. Esto alteró la composición del paro por edades: en 2008 los mayores de 50 años representaban el 10,1% del total, en 2011 ya eran el 15,9% y en 2025 alcanzan el 31%, el nivel más alto de toda la serie histórica. El motivo: su tasa de reducción del desempleo ha sido mucho más lenta que la del resto de colectivos.

Si se comparan los datos del segundo trimestre de 2008 -justo antes de la quiebra de Lehman- con los actuales, queda claro que el paro sénior es el que más creció y el que menos ha conseguido recuperarse.

¿ESTAS BUSCANDO

ASESORÍA PERSONAL O EMPRESARIAL?

Realiza tu consulta online o ven a visitarnos