(El País, 25-11-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Los jóvenes recurren cada vez menos al dinero en efectivo. Solo un 19% lo utiliza como su forma principal de pago, mientras que un 22% prefiere Bizum, una tendencia que se ha ido consolidando en los últimos años. Este porcentaje disminuye a medida que aumenta la edad. Apenas un 2% de los mayores de 65 años emplea Bizum como método principal, cifra que asciende al 8% entre quienes tienen de 45 a 64 años y al 15% entre los 30 y 44, según el V Barómetro sobre la necesidad de mantener el efectivo, elaborado por GAD3 y la Plataforma Denaria (defensora del uso del dinero físico). Aun así, las tarjetas siguen siendo el medio más habitual entre los jóvenes de 18 a 29 años, con un 42% que afirma usarlas como opción preferente.

Por ahora, las transferencias inmediatas están lejos de convertirse en el sistema de pago dominante, pero muestran señales de crecimiento. El 52% de los más de 1.000 entrevistados asegura que las tarjetas son su método principal, seguidas del dinero en metálico (30%) y Bizum (11%). No obstante, en el último año tanto el uso de tarjetas como del efectivo ha descendido -cinco y tres puntos menos, respectivamente-, mientras que Bizum gana terreno con un aumento de cuatro puntos. Ante este panorama, Narciso Michavila, presidente de GAD3, señaló que "lo que sustituirá al dinero en efectivo no será el plástico, sino el silicio", aludiendo al avance tecnológico.

Una de las innovaciones previstas es el euro digital, que el Banco Central Europeo espera poner en marcha en 2029. Según la encuesta, el 54% de los ciudadanos no ha oído hablar de él, frente al 46% que sí tiene alguna referencia. Además, genera inquietud sobre su impacto en la privacidad: un 80% cree que incrementará el control gubernamental sobre los pagos, aunque la mitad opina que convivirá con el efectivo sin llegar a reemplazarlo totalmente.

Pese al avance de los métodos digitales, más del 80% de la población considera que pagar en metálico sigue siendo "imprescindible". Tres de cada cuatro encuestados destacan su accesibilidad para todo el mundo, un 74% cree que garantiza mayor privacidad y un 73% lo percibe como más seguro frente al fraude y los ciberataques. Asimismo, el 83% se declara contrario a su desaparición, aunque hay diferencias generacionales: el 17% de los jóvenes cree que el efectivo terminará extinguiéndose, frente al 6% de los mayores de 65.

El estudio también señala que el apagón tecnológico registrado en abril reforzó la percepción de la importancia del dinero físico. Un 35% de los participantes afirma guardar ahora más efectivo en casa. Además, el 15% lo considera el segundo recurso más importante en caso de emergencia, solo por detrás del agua y los alimentos básicos, y por delante de medicamentos o energía. Entre los principales obstáculos para usar efectivo, los ciudadanos mencionan el cierre de oficinas bancarias, la obligación de realizar pagos públicos mediante transferencia y las comisiones asociadas.

El uso del dinero en metálico también varía según el nivel económico. La mitad de quienes ingresan menos de 1.200 euros al mes lo prefieren como método habitual de pago, mientras que entre quienes superan los 3.500 euros solo lo utiliza el 20%. Algo similar ocurre según el nivel educativo: el 23% de las personas con estudios universitarios elige el efectivo como opción principal, porcentaje que asciende al 50% entre quienes no han completado la enseñanza secundaria.

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