(El Economista, 18-09-2025) | Laboral
En el segundo trimestre del año, las empresas españolas registraron 149.739 vacantes, lo que supone un descenso del 1,6% respecto al mismo periodo de 2024. Aun así, la cifra se mantiene en niveles históricamente elevados desde la pandemia. De hecho, el volumen de puestos sin cubrir es un 39,25% mayor que en 2019 (27,75% en el sector privado). Sin embargo, los informes del SEPE advierten de que la mitad de estas vacantes llevan más de tres meses sin cubrirse, un fenómeno en aumento que el organismo considera "un problema real" que requiere atención.
Ahora bien, ¿existe en España un problema de vacantes o el diagnóstico es más complejo? Los datos de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales -referencia para medir las dificultades de contratación- parecen contradictorios en un país que formaliza 1,5 millones de contratos al mes, de los que el 40% son indefinidos, y que cuenta con 2,5 millones de personas desempleadas en búsqueda activa.
Además, la tasa de vacantes apenas alcanza el 0,8% del total de empleos, la más baja de la eurozona y la segunda más reducida de la UE (solo por detrás de Rumanía), muy lejos de la media europea (2,1%) y de países como Alemania o Francia (2,5%) o Bélgica y Países Bajos (4%). Otro factor diferencial es que un 33% de las vacantes corresponden al sector público, proporción muy superior a la del resto de Europa.
Esta combinación explica por qué, a diferencia de lo que ocurre en otras economías del euro, el aumento de vacantes en España no ha presionado al alza los salarios. Entre 2022 y 2024 sí hubo un repunte en las remuneraciones ofrecidas en nuevas ofertas -por encima de los convenios colectivos-, pero esa brecha se ha reducido en los últimos meses.
La situación cuestiona los avisos tanto de empresas y patronales como de organismos públicos. El SEPE, en su Informe sobre el Ajuste de la Oferta y la Demanda de Empleo, advierte desde 2023 del problema de las vacantes de difícil cobertura, es decir, aquellas que permanecen más de tres meses sin candidato a pesar de las medidas adoptadas por las empresas.
En su último análisis, el SEPE excluye las vacantes del sector público, dado que se cubren mediante procesos específicos que no son comparables con el sector privado. Así, entre el primer trimestre de 2023 y finales de 2024, las vacantes crecieron un 2,2% en el conjunto de la economía, pero un 6,6% si se tiene en cuenta solo el sector privado. Mientras tanto, las administraciones han ralentizado su ritmo de creación de plazas.
Lo más preocupante es el aumento de los puestos de difícil cobertura: en este bienio han crecido un 14,96% y ya representan la mitad del total, con variaciones estacionales significativas (del 53,4% en el primer trimestre de 2024 al 42,3% al cierre del año).
El sector servicios concentra el 85,2% de estas vacantes, aunque parte corresponde a empresas de trabajo temporal. Le siguen la industria (9,49%) y la construcción (5,33%). Por proporción relativa, las tres ramas se mueven en cifras similares: en torno al 40-44%. Sin embargo, por tamaño de empresa las diferencias son claras: en la construcción son sobre todo las pequeñas empresas las que sufren más dificultades (78,4%); en la industria, las medianas (42,42%); y en los servicios, las grandes compañías (47,2%). En cuanto a la evolución, el sector con mayor incremento de vacantes difíciles de cubrir entre 2023 y 2024 es la construcción (+42,2%), seguido de la industria (+39,3%) y, a mayor distancia, los servicios (+11,5%).