(Expansión, 27-06-2024) | Laboral

Los puestos de trabajo vacantes han aumentado más de un 40% desde 2019 y se han multiplicado por más de dos desde 2013, según la Fundación BBVA y el Ivie, que advierten que su costo podría triplicarse en el futuro "si el mercado laboral sigue convergiendo al patrón europeo". España es el país con la tasa de desempleo más alta de la UE (11,7% en abril pasado frente al 6% comunitario) y su ratio de vacantes laborales está claramente por debajo del promedio del bloque: un 0,9% en el primer trimestre de este año en comparación con el 2,6% del conjunto de la Unión, según los últimos datos de Eurostat.

Sin embargo, esto no significa que la tasa de empleos sin cubrir no sea un problema para la economía española. Al contrario, es un fenómeno creciente y significativo en términos económicos. En 2023, más de 148.000 puestos de trabajo quedaron vacantes, cifra que representó "un récord histórico para España, con un crecimiento del 44% respecto a 2019 y que multiplica por 2,3 veces el dato de 2013".

Así lo recoge un informe de la Fundación BBVA y el Ivie, elaborado en el marco de su programa de investigación en Socioeconomía, que estima que el costo de los empleos que no se pudieron cubrir el año pasado ascendió a unos 8.150 millones de euros en términos de PIB "sin incluir el impacto de las vacantes en algunos sectores como la agricultura y pesca, el sector inmobiliario y el energético".

Una factura que, según el documento, "podría triplicarse en el futuro si el mercado laboral español sigue convergiendo al patrón europeo", disparándose hasta los 25.000 millones. Es decir, a medida que el empleo siga creciendo y la tasa de paro vaya reduciéndose a "niveles como los normales en otros países", "el problema de las vacantes continuará incrementándose en España". De hecho, en el primer trimestre de 2024 los puestos sin cubrir han rozado ya los 150.000 (149.962, según el INE).

El quid de la cuestión no es solo la cifra de vacantes que, aunque cuantitativamente sea inferior a la de la mayoría de países europeos, va en aumento, sino el grado de especialización de los puestos que se quedan sin cubrir. Las principales organizaciones empresariales llevan tiempo advirtiendo del hándicap que afronta el tejido empresarial español por la falta de mano de obra cualificada, mientras que la última Encuesta del Banco de España sobre actividad empresarial, correspondiente al segundo trimestre de este año, evidencia que ese déficit de determinados perfiles profesionales afectaba negativamente a más del 41% de las compañías, que veían en esta carencia un condicionante para su actividad más relevante que la falta de demanda o los problemas de suministros.

El fenómeno de los puestos sin cubrir afecta tanto al sector público como al privado. De hecho, más de un tercio del total de vacantes (el 36,6%) se concentra en la Administración Pública; seguida de la Educación y de las actividades sanitarias, mientras que en el ámbito privado los problemas para encontrar trabajadores afectan sobre todo a las actividades profesionales, científicas y técnicas (el 8,1% del total); esto es, aquellas que precisan un mayor grado de cualificación, pero también a sectores más tradicionales como el comercio (el 10,9%) o la hostelería (3,8%).

Esa creciente falta de mano de obra va a agudizarse en el futuro por la caída del desempleo, la jubilación de la generación del baby boom, la fuga de talento español al exterior, los desacoples formativos y el menor tamaño de las cohortes de jóvenes, señala el informe, que avisa de que "se trata de una situación especialmente preocupante si se considera el intenso proceso de envejecimiento demográfico que afecta a España". Todo ello en un contexto en el que el mercado laboral "está transitando de una oferta de mano de obra relativamente abundante respecto a unas oportunidades laborales escasas a otro escenario con mayor escasez de trabajadores y necesidades crecientes de las empresas".

La amenaza está ahí, a pesar de que se encuentre porcentualmente acotada en España con ese 0,9% de ratio de vacantes, inferior al 1% de puestos sin cubrir de países como Polonia, Rumanía o Bulgaria, y muy lejos de mercados como los de Austria, Bélgica o Países Bajos, donde las tasas de vacantes superan el 4%. Sin embargo, que la cifra sea proporcionalmente menor que en otros países del entorno no significa que haya que bajar la guardia.

Primero, porque ese gradual aumento del número de vacantes es "un fenómeno nuevo en el caso español", marcado desde hace décadas por unos abultados niveles de paro, en contraste con otras economías europeas más habituadas a escenarios cercanos al pleno empleo y que, además, disponen de "potentes políticas activas de empleo y sistemas de formación e inserción laboral contrastados".

Y segundo, porque la tendencia apunta a que la ratio de puestos sin cubrir seguirá creciendo en el futuro, "algo a lo que el tejido productivo y empresarial nacional no está tan acostumbrado y para lo que estará menos preparado que otros países", avisa el informe.

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