(La Vanguardia, 22-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Cataluña están logrando mantenerse firmes en un contexto macroeconómico marcado por la incertidumbre. Sin embargo, enfrentan importantes desafíos, como el aumento de la rentabilidad, un objetivo clave para financiar sus inversiones y subir salarios que les permitan retener talento, según se destacó ayer durante la presentación del anuario de la patronal Pimec.
El informe, que analiza el ejercicio de 2022, detectó un leve aumento en los beneficios de las pymes. A pesar de ello, las ganancias siguen siendo significativamente menores en comparación con las grandes empresas. Según Oriol Amat, profesor de economía de la Universitat Pompeu Fabra y coautor del informe, el índice de rentabilidad financiera neta se recuperó, pero aún no genera suficientes recursos para que las pymes puedan realizar las inversiones necesarias.
El presidente de Pimec, Antoni Cañete, señaló otros problemas a los que se enfrentan estas empresas, como el absentismo laboral, que impacta más en empresas con menos personal, y la morosidad. Los proveedores tardan un promedio de 64 días en cobrar, una cifra que ha mejorado, aunque todavía está lejos de los 30 días recomendados por la Comisión Europea.
Si se cumpliera con este plazo, las pymes aumentarían sus resultados en un 14,4%, pasando de una ganancia promedio de algo más de 81.000 euros a cerca de 93.000 euros, lo que les permitiría invertir y ser más competitivas.
En 2022, las pymes catalanas generaron el 68,2% del empleo y el 61,4% del valor añadido bruto en Cataluña, excluyendo los sectores de administración pública, defensa y seguridad social, según el anuario.