(Expansión, 21-11-2025) | Laboral
Una vez se confirme el IPC de noviembre, las pensiones y jubilaciones se actualizarán conforme a la variación media de la inflación registrada en los últimos 12 meses hasta ese mes. La próxima semana ya será posible calcular con bastante precisión el incremento que recibirán los pensionistas, dato que se ratificará a mediados de diciembre.
En 2026 volverá a aplicarse una subida, lo que supondrá el quinto año consecutivo en el que las pensiones se ajustan al ritmo de la inflación correspondiente a 2025. Las pensiones mínimas y las no contributivas tendrán un aumento superior al fijado por esta referencia.
Este incremento se determina mediante la fórmula de revalorización recogida en la Ley de reforma de las pensiones, que utiliza como base el IPC interanual promedio de 12 meses -de diciembre del ejercicio anterior a noviembre del año en curso-. Es decir, para el ajuste del próximo año se empleará la inflación media entre diciembre de 2024 y noviembre de 2025.
Aplicando este mecanismo, el 1 de enero las pensiones contributivas se elevaron un 2,8% en comparación con el año previo; en 2024 ya habían aumentado un 3,8%; en 2023 lo hicieron un 8,5%; y en 2022 crecieron un 2,5%.
Aunque todavía no existe una cifra definitiva, las previsiones apuntan a un incremento medio del IPC del 2,6% para el año que viene. No obstante, la media utilizada para calcular la revalorización de las pensiones se situaría en torno al 2,7%, porcentaje que se aplicaría desde el 1 de enero, siempre que estos valores se confirmen en diciembre, cuando se publica el dato oficial de inflación media anual.
El último dato cerrado del IPC, publicado por el INE el pasado viernes, corresponde a octubre y se situó en el 3,1%. El avance del IPC de noviembre se comunicará este viernes 28, aunque la cifra definitiva no se conocerá hasta el 12 de diciembre. Aun así, con el dato adelantado de noviembre ya podrá hacerse una estimación muy precisa de la subida de las pensiones.
Por lo general, salvo cambios inesperados en los precios energéticos -como el del petróleo-, las diferencias entre el dato adelantado y el definitivo del IPC suelen ser mínimas, de apenas unas décimas. Asimismo, las previsiones macroeconómicas suelen resultar bastante fiables. Así, si se produjera algún ajuste en el dato final, lo habitual es que sea de una décima arriba o abajo.
Según las proyecciones de organismos como Funcas, el IPC medio de 2025 se situará en torno al 2,6%, mientras que la media del periodo diciembre 2024-noviembre 2025 -la referencia para actualizar las pensiones- se aproximará al 2,7%.
El incremento beneficiará a los casi 9,3 millones de personas que reciben 10,3 millones de pensiones contributivas, además de las más de 720.000 pensiones correspondientes al Régimen de Clases Pasivas del Estado, que también se revalorizarán con el mismo índice. En 2024 entró en vigor la revalorización anual de las bases máximas y del complemento de la brecha de género en función del IPC. En el caso de las bases máximas, al IPC se le suma un cuantía fija de 1,2 puntos cada año del periodo 2024-2050.
Esto supone que, para 2026, la base máxima de cotización subirá en torno un 3,9% (el 2,7% del IPC promedio más un 1,2% adicional), y al igual que aumenta la base máxima de cotización, también subirá la pensión máxima con el IPC más un 0,115% adicional, según determinó la reforma de pensiones.