(El País, 09-10-2025) | Laboral

El pasado 7 de enero, en Vitoria, murió un trabajador de la construcción tras ser atropellado por una máquina en movimiento. "Fue el primer fallecimiento del año, pero después ha habido otros casos similares", lamenta Inko Iriarte, secretario de Salud Laboral del sindicato LAB, quien denuncia que "la situación empeora, con un control cada vez menor por parte de las empresas".

Entre enero y julio, 103 trabajadores del sector de la construcción han perdido la vida en España, según los últimos datos disponibles. La cifra, ya de por sí preocupante, representa un aumento del 26% respecto al mismo periodo del año anterior. En este recuento aún no se incluyen los accidentes ocurridos a partir de agosto, como el sucedido el martes en el centro de Madrid, donde cuatro personas fallecieron.

El Ministerio de Trabajo publica mensualmente un balance provisional de accidentes laborales, y los datos generales muestran una tendencia distinta. De enero a julio, 351 personas murieron en su jornada laboral en todo el país, dos menos que en 2024, lo que supone una leve mejora pese al aumento del empleo. Sin embargo, en la construcción, la situación es claramente peor: 82 muertes en 2024 frente a 70 en 2023, lo que supone un incremento del 26%, muy por encima del crecimiento del número de trabajadores en el sector (3,1%).

Los sindicatos advierten que aún es pronto para determinar las causas concretas de este repunte, pero apuntan a un factor común: el aumento del ritmo de trabajo. "Normalmente existe una relación entre la productividad y la siniestralidad: cuanto más se presiona a los empleados, más aumentan los accidentes", explica Pilar Ituero, secretaria de Salud Laboral de UGT FICA. En la misma línea, Daniel Barragán, responsable de CC OO del Hábitat, señala que "acelerar los plazos de ejecución provoca muertes, porque siempre va en contra de la seguridad. Si quieren reducir tiempos, que lo hagan en la parte administrativa, no en la obra".

Estas percepciones se reflejan en casos concretos. El pasado 16 de julio, dos trabajadores murieron en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) cuando se desplomó el techo de un edificio municipal en obras. "Eran empleados de una empresa de Granada que viajaban tres horas de ida y otras tres de vuelta cada día. Imagina el nivel de agotamiento con el que llegaban", comenta Carlos Aristu, secretario general de CC OO en Sevilla, quien añade que "según un compañero, no había condiciones de seguridad adecuadas, a pesar de tratarse de una obra pública. Es inaceptable".

Aunque no existen estadísticas oficiales que midan la velocidad de construcción o si los ritmos se han acelerado, sí hay datos que reflejan un aumento de la actividad. Los visados de dirección de obra para vivienda nueva alcanzaron 56.792 unidades hasta mayo, un 7,5% más que en el mismo periodo del año anterior, según el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.

Este medio ha solicitado en varias ocasiones a la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) que valore estos datos, pero la patronal ha rechazado pronunciarse. También se ha preguntado a la Inspección de Trabajo si ha detectado más incumplimientos en las empresas del sector, aunque el organismo aún está recopilando información para analizar la situación.

La construcción sigue siendo uno de los sectores más peligrosos de la economía española. Las 103 muertes registradas este año la colocan a la cabeza de la siniestralidad laboral, muy por encima de transporte y almacenamiento (65 fallecidos), industria manufacturera (48) y agricultura (29). Así, el sector representa el 31% de todas las muertes laborales, pese a emplear solo al 7% de los afiliados a la Seguridad Social.

Solo la minería presenta una tasa de siniestralidad más alta. Además, la gran mayoría de las víctimas son hombres: 333 de los 351 fallecidos entre enero y julio, reflejo de que estas actividades siguen siendo predominantemente masculinas.

¿ESTAS BUSCANDO

ASESORÍA PERSONAL O EMPRESARIAL?

Realiza tu consulta online o ven a visitarnos