(El Economista, 10-04-2024) | Mercantil, civil y administrativo

La subida de tipos de interés tomó su tiempo en generar un cambio hacia los depósitos bancarios tradicionales, principalmente debido a la reticencia de la gran banca a ofrecer una remuneración atractiva en este producto. Sin embargo, la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) comenzará a reducir los tipos en verano ha acelerado las decisiones de inversión de los ahorradores, y la contratación de depósitos ha experimentado un aumento significativo en los últimos meses.

A finales de febrero, los hogares tenían depositados 142.250 millones de euros en imposiciones a plazo, lo que representa un aumento de 75.832 millones con respecto al año anterior, equivalente a un incremento del 114,17%. El euríbor alcanzó su mínimo histórico en diciembre de 2021, situándose en -0,502%. Al mes siguiente, empezó a salir del terreno negativo, que había mantenido durante seis años desde febrero de 2016, ante la previsión de que el BCE comenzaría a subir los tipos (el primer aumento llegó en julio de 2022).

Inmediatamente, los bancos eliminaron los recargos a las empresas por la gestión de su tesorería, siguiendo la acción del BCE que dejó de cobrar a las entidades por mantener su liquidez. Sin embargo, la remuneración de los depósitos para las familias se ha retrasado, y hasta el día de hoy aún no se ha desplegado una oferta generalizada para todos los ahorradores en la industria bancaria en su conjunto.

Las propuestas más generalizadas para los clientes se encuentran principalmente en neobancos y entidades extranjeras, mientras que las estrategias en las entidades de mayor tamaño se centran en la remuneración del pasivo dirigida a clientes selectos o con el objetivo de captar nuevos usuarios y sus nóminas.

Las estadísticas del Banco de España muestran que entre el mínimo del euríbor y octubre de 2022 (cuando los tipos en la eurozona alcanzaban el 2%), los depósitos de las familias cayeron en 14.167 millones de euros o un 18%, mientras que los depósitos de las empresas aumentaban.

A partir de marzo del año pasado, la captación de depósitos ha aumentado considerablemente, pasando de alrededor de 1.000 millones mensuales a entre 4.000 y 5.000 millones en los hogares, y luego, en otoño, acelerando aún más con entradas mensuales de entre 6.500 y 8.900 millones que se han mantenido hasta febrero pasado.

Esta aceleración en la captación de recursos coincidió con la creciente convicción en el mercado de que el BCE revertiría sus decisiones de política monetaria para apoyar las economías, un cambio que se refleja en la tendencia del euríbor.

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