(El Economista, 12-03-2024)   | Laboral

Las agencias de empleo temporal han encontrado una manera de mitigar el impacto de la reforma laboral en una de las modalidades contractuales impulsadas por la propia normativa: los contratos fijos discontinuos. A pesar de los esfuerzos de la Inspección de Trabajo, su uso sigue aumentando, y en diciembre de 2023, el 94% de estos contratos fueron firmados por una ETT.

Este aumento sorprendente, que supera en 20 puntos el ratio alcanzado en noviembre (que fue del 74%), parece estar relacionado con la temporada navideña, que tradicionalmente impulsa la actividad de las ETT. Sin embargo, este fenómeno no se explica únicamente por la campaña navideña, ya que el aumento en la contratación para estas fechas comienza antes de diciembre. En diciembre, las ETT formalizaron un total de 140,999 contratos fijos discontinuos, cifra que está por debajo de los 144,551 registrados en octubre y los 146,798 de noviembre.

Lo más relevante para entender esta situación es el declive en la firma de contratos fijos discontinuos por parte de otras empresas. El total fue de 149,845, lo que representa una disminución del 15.8% en comparación con el cierre de 2022. Mientras que los contratos firmados por las ETT aumentaron un 50.3% interanual (alcanzando los mencionados 140,999), los firmados por el resto de las empresas se desplomaron un 89%, pasando de 84,051 a 8,846. Es decir, no es solo que las empresas de trabajo temporal estén firmando más contratos de este tipo: es que las demás han dejado de hacerlo.

La propia normativa levantó la restricción histórica que prohibía a las ETT firmar este tipo de contratos. La idea era compensar la eliminación de los temporales por obra y servicio. Mientras que estos representaban el 32% de los contratos por obra y servicio al cierre de 2023, los fijos discontinuos representan el 45%.

Antes del cambio legal, los fijos discontinuos estaban vinculados a actividades estacionales pero recurrentes, lo que permitía que los contratos se suspendieran hasta que las empresas necesitaran nuevamente a los trabajadores. Sin embargo, con el cambio legal, esta fórmula se flexibilizó, lo que no solo abrió la puerta a las ETT, sino que también les permitió emplear a trabajadores en puestos mucho más volátiles.

Esto no significa que las ETT hayan salido ilesas. El total de contratos de puesta a disposición ha disminuido un 19.5% en comparación con diciembre de 2021. Esto se debe no solo a la mencionada eliminación de los contratos por obra y servicio, sino también a la disminución del 41.7% en los contratos eventuales por circunstancias de la producción, que antes de la reforma representaban el 66% del total gestionado por las ETT y hoy solo el 48%.

Es importante tener en cuenta que estos datos solo llegan hasta diciembre de 2023. Aún no sabemos si esta tendencia se ha mantenido en el comienzo de 2024. En los dos primeros meses del año, la firma de contratos fijos discontinuos ha experimentado un ligero repunte, pero aún no podemos determinar qué porcentaje corresponde a contratos de puesta a disposición de una ETT.

En cualquier caso, las cifras del año pasado son sorprendentes en un año marcado por las críticas de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien denunció la proliferación de contratos fijos discontinuos por parte de las ETT. Sin embargo, estas críticas no parecen haber afectado significativamente a la contratación de fijos discontinuos por parte del resto de las empresas, que cada vez están menos interesadas en esta modalidad contractual. Esto también contribuye a comprender por qué esta modalidad tiene un menor peso en el empleo y por qué los puestos que se firman bajo esta modalidad tienen una rotación comparable a la de los temporales: los más estables se reducen, ya sea porque se convierten en contratos indefinidos ordinarios o porque las empresas apuestan cada vez menos por esta vía para crear empleos de calidad. 

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