(Cinco Días, 09-04-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Las crecientes expectativas de nuevos recortes en los tipos de interés, sumadas al interés de los inversores por proteger sus carteras frente a posibles pérdidas, están impulsando una reducción acelerada en el coste de financiación. En este contexto, el Tesoro ha logrado captar este martes 5.826,3 millones de euros en letras a seis y doce meses, a los tipos más bajos registrados desde 2022. La demanda conjunta ha superado los 10.679 millones, lo que supone una ratio de cobertura de 1,8 veces. Cabe destacar que los inversores minoristas han representado el 33% del total de solicitudes, una cifra superior al 28% registrado en subastas anteriores.
La mayor parte del importe adjudicado, unos 4.013,79 millones, ha correspondido a las letras a 12 meses. En línea con la dinámica actual, marcada por el cambio de rumbo del Banco Central Europeo hacia una política monetaria más expansiva, los rendimientos se alejan de los niveles máximos alcanzados en 2023. La rentabilidad marginal de esta referencia apenas supera el 2%, situándose en el 2,023%, por debajo del 2,189% de la emisión anterior, y marcando el nivel más bajo desde octubre de 2022. La demanda para este plazo alcanzó los 6.471 millones.
En cuanto a las letras a seis meses, el Tesoro adjudicó 1.812,5 millones con un tipo del 2,119%, frente al 2,275% registrado en marzo. Este rendimiento es el más bajo desde diciembre de 2022. Los inversores particulares solicitaron 1.163,9 millones, una cifra algo inferior a los 1.345,6 millones que pidieron en la subasta del mes pasado.
La próxima prueba de interés del mercado por la deuda española será el jueves, justo después de que entren en vigor los nuevos aranceles recíprocos impuestos por EE. UU. En esa ocasión, el Tesoro, dirigido por Paula Conthe, tiene previsto colocar entre 5.500 y 6.500 millones en bonos a medio plazo. En cuanto a la próxima subasta de letras, está programada para el 22 de abril, tras el parón por Semana Santa y después de que el Banco Central Europeo comunique su próxima decisión de política monetaria.
El temor a que las nuevas medidas arancelarias desencadenen una recesión en Estados Unidos y frenen la economía mundial ha reavivado las previsiones de una política monetaria más flexible. Tras varias semanas en las que se especulaba con una posible pausa en los recortes, en los últimos días ha vuelto a tomar fuerza la posibilidad de una nueva bajada de tipos en la próxima reunión del BCE. Desde Goldman Sachs advierten que un arancel del 20% para la Unión Europea eleva los riesgos a la baja para el crecimiento. "Un euro más fuerte y unos aranceles más agresivos hacia China y el Este de Asia también suponen riesgos bajistas para la inflación. Esto respalda nuestra previsión de tres recortes adicionales por parte del BCE hasta el 1,75% en julio, con un primer movimiento muy probable en abril", señalan desde la entidad.
Estas previsiones se ven reforzadas por las declaraciones de Gediminas Simkus, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, quien ha manifestado que, en su opinión, el organismo debería recortar los tipos en abril y considerar una nueva decisión en junio, cuando se disponga de más información. Según Simkus, los efectos a largo plazo de los aranceles incluyen una demanda más débil, menor crecimiento económico, pérdida de confianza en el entorno empresarial, menor inversión y un consumidor más cauteloso, lo que, en conjunto, ejerce presión a la baja sobre la inflación.