(El Economista, 11-04-2024) | Laboral

En este contexto, resulta llamativo que el 40% del aumento neto de empleo en marzo corresponda a 77.694 nuevos afiliados medios con contrato fijo discontinuo, a pesar de que solo representaron el 13,7% de los contratos firmados, totalizando 158.271 contratos. Esto sugiere que solo la mitad aproximadamente de estas contrataciones se tradujeron en empleo efectivo.

La característica principal de estos empleos es que son indefinidos pero están vinculados a tareas eventuales, interrumpidos por periodos de inactividad en los que los trabajadores son dados de baja de afiliación y no perciben salario. Este tipo de contratos ha sido objeto de controversia en relación con la reforma laboral, con acusaciones hacia el Gobierno de usar esta figura para "maquillar" las cifras de desempleo. El debate entre el Ministerio de Trabajo y las comunidades autónomas sobre la responsabilidad de publicar datos clave no parece clarificar esta cuestión.

En cuanto al empleo, la relevancia de estos contratos radica en que, al reincorporarse al trabajo, se contabilizan como nuevas afiliaciones. Los datos del SEPE indican que en marzo hubo una disminución de 73.115 personas en la categoría de demandantes con relación laboral, que incluye a estos trabajadores inactivos inscritos en los servicios públicos de empleo. Esta cifra se aproxima más al incremento de afiliaciones.

Es importante destacar las diferencias entre las estadísticas de demandantes de empleo y contratos recopiladas por el SEPE y las cifras de afiliación a la Seguridad Social. En el caso de los fijos discontinuos, surgen muchas incertidumbres sobre la estabilidad de estos empleos. ¿Cuántas de estas contrataciones son realmente nuevas y cuántas corresponden a trabajadores que vuelven a ser llamados por sus empresas? ¿Y cuál es la duración de estos períodos de actividad?

En una respuesta parlamentaria al PP hace un año, el Ministerio de Trabajo reconoció que "desconoce tanto la situación laboral de estos trabajadores durante la vigencia de sus contratos como la continuidad de su relación laboral en el tiempo". La Seguridad Social puede ofrecer información sobre la duración de altas y bajas, pero esta es limitada.

Ambos ministerios insisten en que el peso de los fijos discontinuos en el empleo es reducido. En marzo, representaron el 5,45% del total de afiliados al Régimen General, por debajo de los 900.000, frente al 73% de los indefinidos ordinarios. Sin embargo, esto revela la alta volatilidad de estos empleos si se compara con las altas y bajas de los asalariados. En marzo, representaron el 27,7% de las altas y el 23,99% de las bajas de afiliación.

El cese de un fijo discontinuo es actualmente la segunda causa individual de baja de afiliación, después del fin de un contrato temporal. Esto supera las dimisiones, despidos o ceses por no superar el período de prueba, que también están en niveles récord, especialmente entre los indefinidos. Esto plantea la cuestión de si esta precariedad es una consecuencia de la reforma laboral o una tendencia crónica del mercado laboral que la legislación no ha logrado corregir.

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