(El Economista, 29-05-2024) | Fiscal

La Unión Europea (UE) avanza rápidamente para aprobar la Directiva Faster y acabar con las estrategias fiscales que evitan el pago de impuestos por los dividendos recibidos. En particular, la nueva norma pretende poner fin a la práctica conocida como lavado de cupón, que consiste en que un inversor, antes de cobrar un dividendo, vende las acciones a un no residente para evitar que Hacienda de su país grave el dividendo (en España, el tipo general es del 19%) y, una vez cobrado por el no residente, recompra los valores.

"Para que las administraciones tributarias puedan combatir el abuso fiscal, es necesaria información sobre tales acuerdos financieros, que incluyen operaciones con valores generalmente legítimas, como pactos de recompra o préstamos de valores, y también productos derivados, como los futuros sobre acciones individuales", señala la directiva.

Eduardo Cosmen, socio director del área fiscal de Grant Thornton, explica que, en ocasiones, este tipo de operaciones no buscan el fraude sino evitar la carga administrativa en la retención de dividendos, "pero es evidente que no es lo adecuado ni lo pretendido por las Administraciones". Cosmen señala que la directiva habilitará la creación de un certificado de residencia fiscal electrónico, único y armonizado en toda la UE, y digitalizará todos los procesos de retención de dividendos e intereses. "Va a digitalizar toda la información para controlar las transacciones de lavado de cupón y permitirá el intercambio de información entre las diferentes haciendas europeas", explica Cosmen.

El Consejo Europeo dio el pasado 14 de mayo el visto bueno a la directiva, que ahora requiere la aprobación del Parlamento antes de ser adoptada definitivamente por el Consejo. Los países tendrán que implementarla a más tardar en 2028.

El socio director del área fiscal de Grant Thornton indica que Faster, además de eliminar posibles prácticas de elusión fiscal, tiene un doble objetivo: homogeneizar y agilizar los procedimientos en toda la UE destinados a practicar las retenciones sobre rentas financieras (dividendos e intereses) y facilitar la devolución de las retenciones practicadas en exceso.

"La movilidad de los valores de renta variable o fija tiene que ser prácticamente instantánea para que el mercado europeo sea atractivo; de lo contrario, los inversores se irán a otros mercados. En la UE, la obligación de practicar retención en el pago de dividendos o intereses está ralentizando mucho esa agilidad, no por la retención en sí, sino por los mecanismos para llevarla a cabo, que son muy rudimentarios", explica.

En la actualidad, por ejemplo, si un español va a cobrar un dividendo de una empresa italiana, debe solicitar a Hacienda un certificado de residencia fiscal en España, que se emite en papel, y luego enviarlo a su agente para que lo remita al banco o custodio en Italia. Sin embargo, durante el tiempo que tarda este proceso, Hacienda italiana puede hacer mal la retención y el contribuyente acaba teniendo que reclamar el exceso retenido.

Este proceso está perjudicando a los mercados europeos, ralentizando la movilidad de los valores y generando altos costes administrativos tanto para contribuyentes como para Administraciones, que la Comisión estima en 6.620 millones de euros.

La creación del certificado fiscal único y electrónico y la digitalización de las transacciones dará agilidad a estas operaciones y ayudará a eliminar las excusas de los contribuyentes que recurren al lavado de cupón para evitar problemas administrativos.

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