(Expansión, 11-06-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El creciente peso de India como potencia emergente y el interés por diversificar alianzas ante la incertidumbre que genera la relación con Estados Unidos han llevado a la Comisión Europea a intensificar sus esfuerzos por estrechar lazos con el país asiático. India es vista por muchos analistas económicos y geoestratégicos como "la nueva China", una tierra de oportunidades que se ha consolidado como un actor clave en la región, especialmente desde que superó a China como el país más poblado del mundo en 2023, con 1.400 millones de habitantes y un crecimiento económico que supera el 6% anual.
A pesar de los desafíos que implica operar en su mercado, India se ha convertido en un destino altamente atractivo para las principales economías. La Unión Europea está decidida a cerrar un acuerdo comercial con el país antes de que finalice el año, una prioridad estratégica que cobra aún más relevancia en el actual contexto de tensiones con Washington.
Desde que se retomaron las conversaciones para un tratado de libre comercio en junio de 2022, la Comisión Europea ha celebrado once rondas de negociación. En la más reciente, que tuvo lugar en mayo, ya se alcanzaron consensos en aspectos como la transparencia, la normativa regulatoria, las aduanas, la propiedad intelectual y la cooperación administrativa.
Los contactos políticos han sido constantes. Ayer mismo, el ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, se reunió con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, la Alta Representante Kaja Kallas y el comisario de Defensa, Andrius Kubilius. "La alianza UE-India se fortalece. Estamos avanzando hacia una agenda estratégica que abarca comercio, tecnología, innovación, seguridad y defensa", destacó Von der Leyen tras el encuentro.
Uno de los principales puntos de fricción en las negociaciones es el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, un instrumento con el que la UE grava las importaciones procedentes de países con regulaciones medioambientales más laxas. El objetivo es evitar la competencia desleal de productos más contaminantes frente a los fabricados bajo los estándares europeos.
Otro frente delicado son las normas de origen, que determinan la procedencia real de un producto. Estas reglas son fundamentales para garantizar que los beneficios del acuerdo se apliquen correctamente y no se utilicen terceros países como simples plataformas de envío.
Aunque aún no se ha cerrado el tratado, los lazos económicos entre la UE e India han crecido con fuerza en los últimos años. El comercio de bienes entre ambas partes ha aumentado casi un 90% en la última década. En 2024, este comercio alcanzó un valor de 120.000 millones de euros, lo que representa el 11,5% del total comercial de India. Esto convierte a la UE en su segundo socio comercial más relevante. A su vez, India es el noveno para la UE, representando el 2,4% del total, por detrás de Estados Unidos, China y el Reino Unido, lo que demuestra que hay un margen significativo de crecimiento.
Las importaciones europeas desde India se concentran en maquinaria, productos químicos, metales, minerales y textiles, mientras que la UE exporta principalmente maquinaria, electrodomésticos, vehículos y productos químicos. El comercio de servicios, por su parte, sumó 59.700 millones de euros.
No obstante, desde Bruselas advierten que el entorno comercial indio sigue siendo complicado. Entre los principales obstáculos mencionan las trabas técnicas, las normas sanitarias y fitosanitarias, la falta de alineación con estándares internacionales y ciertas medidas legislativas o administrativas discriminatorias, que afectan a sectores clave como bienes, servicios, contratación pública e inversión.
Además del acuerdo comercial, la UE también está negociando un tratado de protección de inversiones que garantice un trato justo y equitativo para los inversores europeos. Este aspecto es crucial, considerando que la inversión directa de la UE en India ha alcanzado los 140.100 millones de euros en 2023, frente a los 82.300 millones de 2019, lo que convierte al bloque comunitario en uno de los mayores inversores en el país.