(Cinco Días, 15-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado de forma notable sus previsiones de crecimiento para España, al tiempo que alerta de una pérdida de impulso en la economía mundial. Según su último informe, España crecerá un 2,9% en 2025 y un 2% en 2026, cifras que consolidan al país como una de las economías más dinámicas de la zona euro. Esta revisión supone una mejora de cuatro décimas respecto a las estimaciones publicadas en julio.
Mientras tanto, el FMI advierte de que la economía global se está enfriando, afectada por la ralentización del comercio internacional derivada de la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos, así como por los altos niveles de deuda pública acumulada en muchos países.
Estas conclusiones se recogen en el último Informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), presentado coincidiendo con la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial, celebrada esta semana en Washington D.C.
El informe refleja que la eurozona apenas crecerá un 1,2% en 2025, una leve mejora frente a 2024, pero muy por debajo del promedio mundial, estimado en el 3,2%. Entre las grandes economías del bloque, Alemania apenas avanzará un 0,2%, Francia un 0,7% e Italia un 0,5%, lo que contrasta con el vigor del crecimiento español, impulsado por el consumo interno y el buen desempeño del turismo. Sin embargo, el organismo prevé que ese dinamismo se modere en 2026.
El FMI también advierte de un debilitamiento estructural en la economía europea, derivado de la baja inversión y de la incertidumbre generada por las tensiones comerciales. Además, anticipa un repunte del déficit público en la eurozona, especialmente en Alemania, donde el aumento del gasto en defensa y en infraestructuras presionará las finanzas del Estado. Si se cumplen sus proyecciones, la deuda pública europea alcanzará el 92% del PIB en 2030, frente al 87% previsto para 2024.
La buena noticia es que el FMI prevé que la inflación mundial se modere al 4,2% en 2025 y, baje hasta el 3,7% en 2026. Sin embargo, también advierte de la existencia de presiones divergentes, con los precios al alza en EEUU, donde el IPC básico ya ha empezado a repuntar, mientras que se mantiene a la baja en Europa y Asia.
En la eurozona, la inflación se mantendrá en torno al 2,1%, dentro del objetivo fijado por el Banco Central Europeo (BCE). Eso implica, al mismo tiempo, una política monetaria "cada vez más divergente" a nivel global. Se espera que la Reserva Federal de EEUU aplique recortes graduales, mientras que la institución europea será más prudente tras una desescalada más rápida en los últimos meses. Por otro lado, el Banco de Japón podría seguir revisando al alza los tipos en próximas reuniones.
Con esta situación, y bajo la premisa de un "nuevo panorama económico mundial que se perfila poco a poco", el FMI describe un mundo fragmentado por el proteccionismo, la deuda y la falta de reformas estructurales. Las políticas fiscales expansivas, la caída de la ayuda internacional y las restricciones migratorias "están configurando un entorno de bajo crecimiento y mayor desigualdad", advierte el organismo.
"El mundo se está adaptando a un nuevo equilibrio de poder económico, pero la adaptación es costosa y desigual". La combinación de riesgos comerciales, fiscales y financieros anticipa, según el FMI, "una década de crecimiento más bajo y vulnerabilidades crecientes".