(Expansión, 19-03-2024) | Fiscal

En el contexto generado por la decisión del Gobierno de no impulsar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2024, debido al terremoto político ocasionado por el adelanto electoral en Cataluña, se destaca especialmente la suspensión de una importante rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Este ajuste estaba vinculado al incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), que Hacienda había ligado a la aprobación de los presupuestos, ejerciendo así presión sobre el Parlamento para su aprobación. Sin embargo, la prórroga presupuestaria obliga ahora al Gobierno a buscar la aprobación de esta rebaja mediante un proyecto de ley para evitar la posible reversión de una reducción de retenciones por cerca de 1.400 millones de euros.

La rebaja fiscal que está en suspenso con la renuncia a nuevos Presupuestos es aquella anunciada por el Gobierno a principios de febrero, cuando se aprobó un aumento del 5% del salario mínimo interprofesional (SMI), llevándolo a los 1.134 euros mensuales en 14 pagas. Esta medida se acompañaría tradicionalmente de un cambio legal para eximir del pago del IRPF a quienes ganan hasta ese umbral de renta. Tras aumentar el mínimo exento de 14.000 a 15.000 euros en 2023, este año se elevaría a los 15.876 euros anuales, el nuevo SMI.

En esa misma línea, el Gobierno aprobó en el Consejo de Ministros del 6 de febrero "la modificación del reglamento del IRPF para que estos contribuyentes no soporten la retención del impuesto" sobre sus salarios mensuales. Sin embargo, la modificación legal requerida no se contempló entonces, quedando pendiente para el proyecto de Presupuestos de 2024.

El problema radica ahora en la ausencia de ese proyecto de Presupuestos, que impediría la efectiva rebaja del impuesto en sí misma. La reducción anticipada de retenciones corre el riesgo de ser revertida una vez que los contribuyentes hagan su declaración del IRPF de 2024, durante la próxima Campaña de la Renta en primavera del próximo año.

El plan original del Gobierno incluía una modificación en la reducción de rendimientos del trabajo para permitir la exención fiscal completa de los salarios de hasta 15.876 euros anuales, una rebaja efectiva para quienes ganan hasta 19.500 euros y una reducción de retenciones para ingresos de hasta 22.000 euros, con el fin de suavizar el llamado efecto escalón del IRPF, que eleva considerablemente el tipo impositivo para las rentas bajas. Por el momento, la rebaja de retenciones aprobada por Hacienda como adelanto a la rebaja fiscal pendiente supone un ahorro de 1.385 millones de euros para 5,2 millones de contribuyentes.

En cuanto a la importancia relativa de esta reducción tributaria en espera, cabe destacar que para un trabajador que gane el SMI, la diferencia implica estar completamente exento del IRPF durante el año o acabar pagando al Fisco 325 euros. Para un asalariado con el salario medio de 18.502 euros anuales, el ahorro es de 200 euros en retenciones, y para un pensionista con 17.000 euros de ingresos, la rebaja es de 378 euros, según estimaciones del Ministerio.

A partir de ahí, desde Gestha calcularon que, aunque centrada en las rentas bajas, esta rebaja fiscal podría suponer ahorros tributarios de hasta cien euros para algunos contribuyentes con ingresos de hasta 26.500 euros anuales.

Desde el Ministerio de Hacienda aseguran que, pese a la falta de nuevos Presupuestos, el Gobierno impulsará la rebaja fiscal comprometida mediante un proyecto de ley específico o incluso como enmienda a otro en tramitación. Sin embargo, este proceso estará sujeto a una compleja aritmética parlamentaria, lo que podría dificultar su aprobación, y en la que los socios de coalición del Gobierno podrían exigir nuevas concesiones a cambio, mientras que el Partido Popular podría oponerse por considerar que la rebaja es insuficiente.

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