(El Economista, 26-05-2024) | Laboral

La reducción de la jornada laboral de 40 a 38,5 horas este año y a 37,5 horas a partir del 1 de enero de 2025 tendrá un gran impacto en la economía española. El Gobierno ha presentado esta propuesta en el diálogo social, pero ha sido rechazada por las patronales CEOE y Cepyme debido a sus efectos en las empresas. Sin embargo, el impacto afectará a toda la economía. Según los expertos, a largo plazo podría reducir el crecimiento del PIB en 2,6 puntos y el del empleo en 3,4 puntos, lo que significa que España creará 722.000 empleos menos de lo previsto en los próximos cinco años debido a este cambio legal.

La clave es que reducir las horas de trabajo sin reducir los salarios aumentará en un 1,5% la participación de los salarios en el PIB para finales de 2025. Esto obligará a las empresas a subir los precios y a frenar la contratación, lo que también ralentizará la reducción del desempleo en el país. Este problema se agrava porque el cambio en el límite legal se impone de manera inmediata, impidiendo que la mayoría de las empresas negocien con sus trabajadores soluciones para adaptarse, y no contempla medidas fiscales, como un ajuste en las cotizaciones, que amortigüen el impacto.

Estas previsiones provienen del Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, publicado por BBVA Research y Fedea, coordinado por Rafael Doménech y Florentino Felgueroso. El estudio, en marzo, advertía que el aumento de los costes laborales debido a la reducción de la jornada restaría alrededor de 0,7 puntos al crecimiento anual promedio del PIB durante 2024 y 2025, y 0,8 puntos al crecimiento anual del empleo.

Este impacto podría desajustar las previsiones del Gobierno para los próximos dos años. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, espera un aumento del 4,1% en la ocupación en este periodo, con la creación de 507.000 empleos en 2024 y 368.000 en 2025. Sin embargo, el impacto acumulado de la reducción de la jornada laboral disminuirá en 1,6 puntos porcentuales esa proyección, es decir, restará 329.000 empleos al crecimiento previsto. Así, la creación de 875.000 empleos se reducirá a 545.000, un 37% menos en los próximos dos años.

Esta desaceleración no se limitará al momento de la implementación de la reducción de la jornada, sino que afectará al crecimiento previsto para los próximos años. En un escenario a cinco años, la economía habrá crecido 2,7 puntos menos y el empleo 3,4 puntos por debajo del escenario inicial. ¿Cómo se traducirá esto en términos de empleo?

Las previsiones de Cuerpo para 2024 y 2025 implican un crecimiento promedio anual del 2%, equivalente a un 10% acumulado en cinco años, o 2,2 millones de empleos. Pero reducir 3,4 puntos porcentuales al crecimiento significa disminuir esta cifra en 722.000 empleos, lo que representa una reducción del 34% sobre la creación de empleo prevista. Este retroceso en la creación de puestos de trabajo implicará que la tasa de desempleo será 2,4 puntos más alta.

Sin embargo, a costa de la moderación del empleo, las empresas podrán contener el impacto en los costes laborales unitarios a 0,5 puntos y la productividad aumentará en 0,8 puntos adicionales, aunque esto se debe a que la ocupación se comportará peor que el PIB. Esto contradice las expectativas del Ejecutivo y los sindicatos, que argumentan que la reducción de horas de trabajo mejorará la productividad y creará empleo, ya que los puestos de trabajo se repartirán entre más personas. De hecho, el objetivo de CCOO y UGT es llegar a una jornada de 32 horas, un objetivo que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no descarta como siguiente paso en la próxima década.

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