(El Economista, 05-12-2025) | Laboral
A esto se suma una población extranjera que continúa creciendo y que asegura el relevo generacional, además de sostener la actividad de numerosos sectores productivos donde también trabajan ciudadanos nacionales. No obstante, estos datos tienen matices importantes. Así lo ha señalado Carlos de la Torre, socio laboral de Andersen y vicepresidente de ADiReLab, durante la conferencia inaugural de la jornada RRHH: La hoja de ruta del empleo de calidad, organizada por elEconomista.es.
"Hay cifras que merece la pena analizar con detalle. Estamos observando una rotación y una inestabilidad muy elevadas en los contratos, así como un aumento significativo de los fijos discontinuos, que según algunas estimaciones podrían alcanzar el millón, y que además no se contabilizan como desempleo registrado", ha explicado De la Torre.
En este contexto, el especialista ha expuesto los diez desafíos que, a su juicio, enfrenta actualmente el mercado laboral: el nuevo reglamento de extranjería, la aplicación de la inteligencia artificial en los procesos de recursos humanos, el registro digital de jornada, la normativa sobre despido, el impacto laboral de la ley de industria, el edadismo, la salud laboral y el absentismo, la conciliación, la negociación colectiva y la eficiencia procesal.
Para el socio laboral de Andersen, uno de los retos fundamentales depende de las decisiones que adopten el Gobierno y el Ministerio de Trabajo y Economía Social. "Parece existir una intención implícita de abandonar la negociación colectiva y recurrir a decretos para legislar. Creo que eso sería un paso atrás y nos conduciría a un mercado laboral peor", ha advertido.
Según De la Torre, imponer normas sin acordarlas con los agentes sociales generará desconfianza en las empresas, los inversores y los accionistas, debilitando la credibilidad del sistema. Otro aspecto delicado es el registro horario, que puede acarrear sanciones de hasta 7.500 euros para las compañías que no cumplan. "El Congreso rechazó la reducción de jornada, pero ha aprobado el reglamento del registro horario. Esto supone una intromisión en la libertad empresarial y añade rigidez innecesaria", ha criticado.
También ha destacado el papel creciente de la inteligencia artificial, que está transformando los modelos de negocio y los planes estratégicos, así como los propios puestos de trabajo. "Será necesario formar a los trabajadores para que aprovechen la IA y mejoren su productividad. Además, la IA ofrece grandes oportunidades en los procesos de Recursos Humanos", ha apuntado.
Sin embargo, ha recordado que su uso en este ámbito está sometido a una estricta regulación europea, dado que se considera de alto riesgo. Está prohibido, por ejemplo, en sistemas biométricos. "Es imprescindible cumplir con el reglamento europeo de protección de datos y con la normativa comunitaria sobre inteligencia artificial. Esa 'caja negra' que hay detrás de la IA debe comunicarse tanto a la representación legal de los trabajadores como a los empleados afectados si se utiliza en selección, contratación o remuneración", ha aclarado.
Otro reto importante tiene que ver con el envejecimiento de la fuerza laboral. El edadismo sigue siendo un problema estructural: este grupo afronta un paro de larga duración, escasez de incentivos para su contratación, dificultades para compaginar empleo y pensión y numerosos procesos de desvinculación anticipada.
"Es un asunto muy complicado. Las empresas están prescindiendo de trabajadores mediante despidos colectivos; ahora mismo, hay compañías del Ibex con media docena de ERE abiertos. Esto es legal, pero existen dos palancas que permiten evitar la discriminación por edad: la voluntad de las empresas y la negociación durante los periodos de consultas. Desde Andersen participamos en programas de prejubilaciones, pero, pese a nuestras recomendaciones y a las herramientas legales, las salidas siguen concentrándose en empleados de 50 años o más", ha advertido.