(El País, 02-05-2025) | Fiscal
La OCDE ha cuantificado una realidad que muchos trabajadores ya venían percibiendo en sus nóminas: el aumento de la carga impositiva sobre los salarios, debido a que en muchos países desarrollados, entre ellos España, el IRPF no se ha ajustado al ritmo de la inflación. En su informe Taxing Wages 2025, publicado este miércoles, la organización señala que en 2024 la "cuña fiscal" en España -la diferencia entre el coste laboral total para el empleador y el salario neto que recibe el trabajador- se elevó hasta el 40,6%. Esto representa un incremento de 0,41 puntos porcentuales respecto al año anterior.
La mayor parte de ese aumento proviene del impuesto sobre la renta, que ha subido 0,35 puntos, mientras que las cotizaciones sociales de los trabajadores apenas variaron y las del empleador se mantuvieron prácticamente sin cambios. Esta evolución refleja lo que la OCDE califica como "progresividad en frío": cuando los salarios suben por efecto de la inflación, pero los tramos del IRPF no se actualizan en consecuencia, el resultado es una mayor carga impositiva sin que el poder adquisitivo real mejore.
Desde 2021, la presión fiscal sobre el trabajo en España ha aumentado en torno a un punto porcentual, pasando del 39,5% al 40,6%. Frente a esta situación, la herramienta técnica más eficaz sería la deflactación del IRPF, es decir, la actualización de los tramos impositivos conforme al índice de precios al consumo (IPC). Sin embargo, el Gobierno español ha rechazado esa opción, alegando que beneficiaría en mayor medida a las rentas más altas. En su lugar, ha optado por medidas específicas dirigidas a los salarios bajos, como la ampliación de la reducción por rendimientos del trabajo. Según datos del Ejecutivo, un trabajador con un sueldo bruto de 20.000 euros paga hoy un 24% menos de IRPF que en 2018 gracias a estas medidas.
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) coincide en que las rentas más bajas han experimentado ciertas mejoras fiscales, pero advierte de que la mayoría de las contribuyentes soportan un tipo medio de IRPF más elevado debido a la inflación. España no es una excepción. En 2024, la cuña fiscal aumentó en 20 de los 38 países de la OCDE, se mantuvo estable en tres y bajó en 15. El promedio para un trabajador soltero y sin hijos con un salario medio fue del 34,9%, cinco décimas menos que el dato español. No obstante, otros países presentan niveles mucho más altos, como Bélgica (52,6%), Alemania (47,9%) o Francia (47,2%).
En la mayoría de los países donde se observó un aumento, como España, el principal motivo fue el crecimiento de los salarios nominales por encima de los umbrales fiscales, en un contexto donde la estructura del impuesto no varió. En otros casos, el incremento se debió a reformas concretas. Por ejemplo, en Italia el alza de 1,61 puntos -la más alta entre los países analizados- se explica porque el salario medio superó el límite que permite reducciones en las cotizaciones sociales. En Eslovenia, el incremento fue de 1,44 puntos debido a la introducción de una contribución sanitaria obligatoria.
En el lado opuesto, países como Portugal, Reino Unido y Finlandia lograron recortar significativamente su cuña fiscal, con descensos superiores a 1,5 puntos porcentuales. El impacto también ha afectado a otros perfiles familiares. En 2024, una pareja con hijos y ambos miembros asalariados experimentó una subida de la cuña fiscal hasta el 37,9%, con el IRPF como principal causa (0,75 de los 0,78 puntos totales). También aumentó para hogares con un solo asalariado. La única excepción fue la de familias monoparentales con dos hijos y un ingreso del 67% del salario medio, cuya cuña fiscal se redujo 0,38 puntos hasta el 15,8%.