(Expansión, 25-03-2024) | Laboral

Cuando toda la población en edad laboral cuenta al menos con un trabajo, se alcanza una situación deseable en la que la tasa de desempleo se sitúa entre el 4% y el 6%, e incluso algunos economistas la consideran aceptable hasta un 8% en ciertos países. En el caso de España, durante el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero se llegó a ese nivel, pero la crisis de 2010 lo hizo desaparecer. A día de hoy, el país aún registra una tasa de desempleo superior al 11% de la población activa, a pesar del incremento considerable de la ocupación tras la pandemia, en gran medida debido a las contrataciones masivas en el sector público, especialmente en sanidad y educación. ¿Cómo es posible?

La reforma laboral de 2022 limitó drásticamente las opciones de contratación parcial y temporal con el objetivo de reducir la precariedad. Sin embargo, los economistas argumentan que este efecto no se ha logrado, sino que simplemente se han reemplazado los contratos temporales por otros indefinidos pero de duración similar, en algunos casos incluso de apenas unas horas. Aunque se hayan resuelto más contratos que nunca, en promedio son más breves, lo que genera un fenómeno en el empleo que se podría describir como "precariedad indefinida".

A pesar de esto, el Gobierno defiende vehementemente el éxito de la reforma laboral impulsada por Díaz, que ha llevado a un máximo histórico el volumen de cotizaciones a la Seguridad Social. Sin embargo, el desglose de esta cifra genera más incertidumbres que certezas.

El Ministerio de Trabajo optó por promover el uso del contrato fijo-discontinuo como alternativa a la contratación temporal, que era predominante antes del cambio legislativo. Este tipo de contrato permite a los trabajadores recibir prestaciones por desempleo durante los periodos en que su contrato está suspendido. Por lo tanto, es crucial conocer el número de trabajadores con este tipo de contrato inactivo para tener una imagen completa del mercado laboral. Sin embargo, el Ministerio impuso una falta de transparencia estadística argumentando la falta de datos suficientes previos a la reforma, ya que este tipo de contrato era minoritario hasta entonces.

Resulta revelador que la líder de Sumar, conocida por su habilidad retórica para desmontar argumentos de la oposición en el Congreso, ahora defienda la opacidad estadística. El año pasado, prometió hacer públicos los datos de trabajadores con contrato fijo-discontinuo suspendido, pero recientemente su Ministerio descartó ofrecer esta información regularmente debido a la falta de homogeneidad en el registro de las autonomías. Una situación que podría resolverse estandarizando la metodología utilizada por los servicios públicos de empleo regionales, como se hace con otros datos del mercado laboral.

Ante esta falta de homogeneidad, el sindicato USO investigó los datos del SEPE y detectó la existencia de 736.000 "no parados con relación laboral", que incluyen fijos-discontinuos inactivos, trabajadores en ERTE y otras categorías. Sin embargo, Díaz redujo esta cifra a 55.300 empleando "microdatos" de una encuesta del INE. ¿Es creíble una discrepancia tan grande? ¿Cuál sería la tasa de desempleo si se contabilizaran todos los trabajadores inactivos?

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