(El País, 24-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo

En materia de inflación, el análisis del Banco de España es claro: a corto plazo será algo más elevada de lo previsto inicialmente y, a más largo plazo, se moderará, sin que ello suponga una desviación significativa del objetivo. En todo caso, los precios se moverán muy cerca del 2% que persigue el Banco Central Europeo. En cifras concretas, la institución revisa al alza la inflación de 2025 hasta el 2,7%, dos décimas más que en su estimación anterior, un ajuste lógico teniendo en cuenta que solo resta por conocerse el dato de diciembre. También eleva la previsión para 2026, que pasa al 2,1%, cuatro décimas por encima de la anterior, ya muy próxima al nivel considerado óptimo. En cambio, para 2027 reduce su estimación en cinco décimas, situándola en el 1,9%, como consecuencia de la expectativa de menores precios energéticos derivada del aplazamiento de la entrada en vigor del nuevo sistema europeo de derechos de emisión.

Este escenario implicaría una reducción progresiva del diferencial de inflación con la zona euro, que actualmente supera el punto porcentual, en parte debido al mayor peso que tiene en España la inflación de los servicios.

Como ocurre con cualquier previsión, existen riesgos que podrían alterar este escenario. El Banco de España advierte de una posible evolución menos favorable de la demanda externa, en especial de las exportaciones de servicios no turísticos, así como de la incertidumbre en torno al crecimiento de los salarios pactados en los convenios colectivos. Este último factor podría derivar en un escenario alternativo caracterizado por una pérdida de competitividad, mayores presiones inflacionistas y un menor crecimiento económico.

Estas tensiones podrían intensificarse tras la reciente subida salarial de los empleados públicos aprobada por el Gobierno. Según el informe, los acuerdos que se negocien para 2026 y 2027 podrían incluir incrementos salariales superiores a los ya recogidos en los convenios vigentes, especialmente en un contexto en el que las subidas de sueldos en el sector público -con un impacto relevante en 2027- podrían trasladarse parcialmente al ámbito privado. Además, este compromiso tendrá efectos sobre las cuentas públicas, elevando el déficit en 2027 del 2,1% al 2,5% del PIB debido al aumento del gasto.

El organismo tampoco descarta escenarios mixtos, en los que ciertos factores impulsen el crecimiento pero presionen al alza los precios. Este sería el caso de un repunte más intenso de la construcción de vivienda para atender la actual escasez. Una respuesta más fuerte de la oferta inmobiliaria al dinamismo de la demanda podría traducirse, según el Banco de España, en un mayor crecimiento económico, pero también en un aumento de la inflación.

En relación con el mercado de la vivienda, el informe no aprecia señales claras de un fuerte incremento de la actividad constructora a partir de los visados concedidos. De hecho, la reciente desaceleración del indicador de ejecución de obra apunta a una moderación de la inversión residencial en el cuarto trimestre. No obstante, el banco central señala que la afiliación en el sector de la construcción sugiere que se mantiene un cierto dinamismo, al tiempo que se observa un aumento en el consumo de cemento.

En cuanto a los precios de la vivienda, que crecieron un 12,8% interanual en el tercer trimestre, el informe subraya que siguen avanzando a tasas elevadas en un contexto marcado por una oferta rígida frente a una demanda muy sólida.

Respecto a los riesgos externos, vinculados a la inestabilidad geopolítica internacional, el Banco de España considera que han perdido intensidad en los últimos meses. A su juicio, los recientes acuerdos comerciales han reducido la probabilidad de los escenarios más adversos asociados a una escalada de la guerra comercial. En el contexto de la rivalidad entre grandes potencias, el organismo destaca el contraste entre una inflación muy contenida en China, por debajo del 1%, y tasas cercanas al 3% en Estados Unidos y al 2% en la zona euro. Esta divergencia supone, según señaló David López Salido, director general de Economía del Banco de España, una ganancia significativa de competitividad para China. Además, apuntó que existen indicios de que parte de las exportaciones chinas que antes se dirigían a Estados Unidos están siendo redirigidas hacia España.

Con la amenaza de una guerra arancelaria global más contenida, la atención se desplaza ahora hacia los mercados financieros y, en particular, al riesgo de un sobrecalentamiento de las bolsas vinculado al auge de la inteligencia artificial. Sin utilizar el término "burbuja", el informe advierte de que los recientes episodios de volatilidad financiera, especialmente en el sector tecnológico, ponen de relieve el peligro de una corrección brusca en la valoración de los activos de mayor riesgo.

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