(Cinco Días, 18-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo

La Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido modificar el precio del dinero tras constatar la pérdida de dinamismo en el mercado laboral y confirmar que la guerra comercial no ha generado un repunte significativo de la inflación. Después de más de 270 días sin cambios, el banco central estadounidense ha anunciado una reducción de 25 puntos básicos en los tipos de interés, situándolos en el 4,25%.

Se trata del primer recorte de tasas desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca. Jerome Powell, presidente de la Fed, había reconocido en varias ocasiones que la medida se habría tomado antes de no ser por las tensiones arancelarias, que apuntaban a un riesgo inflacionario y llevaron a mantener la política monetaria sin cambios durante meses. Finalmente, esas presiones sobre los precios no se materializaron y la combinación de estabilidad inflacionaria y enfriamiento laboral ha obligado a actuar al organismo.

En su comunicado, la Fed explica que, "ante el cambio en el balance de riesgos", el Comité optó por reducir en un cuarto de punto el rango objetivo para la tasa de fondos federales. A diferencia del BCE, la Fed cuenta con un doble mandato: mantener la inflación en torno al 2% a medio plazo y velar por el pleno empleo. Sin embargo, los últimos datos laborales muestran una desaceleración: el desempleo subió en agosto al 4,3%, el nivel más alto desde finales de 2021, mientras la creación de puestos de trabajo se redujo a mínimos desde la pandemia, lo que abre espacio para una política monetaria menos restrictiva.

Powell advirtió que la situación es atípica, ya que lo habitual es que cuando el empleo se debilita, la inflación tienda a bajar, pero en este caso ambos indicadores avanzan en direcciones diferentes. Según explicó, no existe un escenario libre de riesgos: reducir demasiado rápido los tipos podría reactivar las tensiones inflacionarias, mientras mantenerlos altos podría agravar la pérdida de dinamismo en el mercado laboral.

El cambio de rumbo coincide con un aumento de la presión de Trump, que exige a la Fed una bajada más intensa del precio del dinero. En la reunión ya se reflejó esta influencia: Stephen I. Miran, nuevo miembro del organismo y cercano al expresidente, se apartó del consenso al mostrarse partidario de un recorte de 50 puntos básicos, que habría dejado el tipo en el 4%.

Como es habitual, la cita de septiembre sirvió para actualizar el conocido dot plot, que recoge las previsiones individuales de cada miembro con voto en la institución. El gráfico revela un ajuste del consenso, que ahora proyecta dos recortes adicionales en 2025, lo que podría anticipar nuevas bajadas en octubre o diciembre. Sin embargo, también muestra una marcada división: seis miembros consideran que los tipos deberían permanecer en el nivel actual y solo un representante, presumiblemente Miran, apuesta por llevarlos al 3% ya este mismo año.

A largo plazo, la Fed no contempla una senda agresiva de reducción de tasas y sitúa el horizonte en torno al 3% dentro de tres años. En paralelo, las proyecciones macroeconómicas actualizadas señalan un crecimiento del PIB superior al previsto en junio: 1,6% este año (frente al 1,4% anterior), con estimaciones de 1,8% en 2026 y 1,9% en 2027.

Respecto a las dos variables más determinantes para la política monetaria -inflación y desempleo-, las previsiones no cambian: la tasa de paro se mantendría en 4,5% este año y la inflación en el 3%, un nivel aún por encima del objetivo del 2%. Esta brecha explica por qué la Fed descarta un ciclo agresivo de recortes y anticipa que la meta de estabilidad de precios no se alcanzará hasta 2027.

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