(Cinco Días, 27-09-2024) | Mercantil, civil y administrativo

Después de varios días prácticamente empatadas, esta mañana la deuda española ha logrado superar a la francesa en términos de rentabilidad. A las 10:30 horas, el bono español se situaba en un 2,957%, mientras que el francés alcanzaba el 2,962%, según los datos de Bloomberg. Es la primera vez desde 2007 que esto ocurre, luego de que la deuda francesa, que ya operaba con un margen de apenas 10 puntos sobre la española, se viera afectada por las expectativas de estabilidad del nuevo gobierno designado por Emmanuel Macron.

La deuda francesa también se negocia a precios más elevados que la de Portugal y ha reducido los diferenciales respecto a los bonos de Italia y Grecia a su nivel más bajo en 10 años. El nuevo gobierno francés tiene como tarea la elaboración de un presupuesto que corrija el significativo desequilibrio fiscal, ya que el país está incluido en el proceso de déficit excesivo de la Comisión Europea. Este ejecutivo ha sido nombrado por el presidente Emmanuel Macron tras convocar elecciones anticipadas en junio, luego de un mal desempeño en las elecciones europeas. Sin embargo, el resultado electoral ha generado un bloqueo parlamentario, con la extrema derecha como primera fuerza y sin un consenso entre la coalición de izquierdas y Macron. Así, el presidente ha formado un gobierno inclinado hacia la derecha.

Francia se ha alejado de sus planes a largo plazo para reducir el déficit, que alcanzó el 5,5% del PIB en 2023, frente al objetivo del 3% establecido por la Unión Europea para 2027. El primer ministro Michel Barnier está considerando imponer impuestos específicos a los ricos y a las grandes empresas, aunque no se han dado más detalles. Antoine Armand, nuevo ministro de economía, ha reconocido que el actual déficit público es uno de los peores en la historia del país, lo que ha incrementado la preocupación entre los inversores. "La situación es muy grave", declaró en una entrevista en la radio pública. Barnier presentará su agenda política el 1 de octubre ante el Parlamento, pero el mercado ve esta fecha como una posible oportunidad para que algún partido promueva una moción de censura. Los inversores siguen mostrando dudas sobre la capacidad del nuevo gobierno para mantenerse en los próximos meses, ya que no cuenta con mayoría suficiente. Además, las perspectivas económicas son sombrías, con un crecimiento previsto en torno al 1%.

La presión del mercado ha llevado a que se igualen las valoraciones de dos países con calificaciones crediticias muy diferentes. Francia cuenta con una calificación Aa2 y AA- según Moody's, S&P y Fitch (a dos y tres niveles por debajo de la máxima calificación, la triple A), mientras que España se mantiene en Baa1 según Moody's, cinco niveles por debajo de Francia, y en A y A- según S&P y Fitch, dos y tres niveles menos, respectivamente.

En los plazos cortos, la deuda española ya llevaba días cotizando por debajo de la francesa, y se estaba colocando a precios inferiores en el mercado primario, según recuerdan los expertos de Crédit Mutuel AM. Ellos prevén que esta ventaja de España podría intensificarse, argumentando que el diferencial de crecimiento ha sido más favorable para España desde 2014 y con mejores previsiones hasta 2026. También destacan los mejores datos de déficit y deuda, y un clima político más estable. "Hay poca claridad sobre la duración del actual gobierno francés, con el riesgo de nuevas elecciones legislativas el próximo verano", señalan. Estos factores los llevan a ser cautelosos respecto a la deuda francesa y a preferir la deuda española en los próximos meses.

Fuentes del Tesoro subrayan que el comportamiento del mercado secundario sigue en línea con la fuerte demanda que ha registrado España en sus emisiones. Un buen ejemplo es la colocación sindicada a 12 años ligada a la inflación del martes pasado, donde las órdenes de compra superaron los 50.000 millones de euros, la mayor cifra en la historia de este tipo de bonos en Europa. Desde el Tesoro destacan que, tras el reconocimiento de la Comisión Europea y las agencias de rating al esfuerzo en consolidación fiscal, ahora es el mercado el que responde. "La confianza en la economía española es clara, apoyada por la mejora de las previsiones económicas de organismos nacionales e internacionales", afirman.

Un día después de que el Consejo de Ministros aprobara el informe de situación económica que prevé un crecimiento del 2,7% para 2024, la OCDE se ha alineado con las previsiones del Banco de España y proyecta un crecimiento del 2,8% para este año, la mayor revisión al alza entre las principales economías desarrolladas y cuadruplicando la estimación para la eurozona (0,7%). Desde el Tesoro destacan que este crecimiento, muy diversificado, ha permitido reducir la relación deuda/PIB del 120% registrado durante la pandemia en 2020, al 105% con el que cerró 2023.

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