(El País, 27-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La más reciente edición de los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicada este jueves, vuelve a evidenciar la gravedad del problema del alquiler en España. Según los datos oficiales, el precio medio del arrendamiento aumentó un 33% entre 2013 y 2023, una subida muy superior a la del IPC en el mismo periodo (19,4%). Sin embargo, este incremento resulta incluso moderado si se compara con lo ocurrido en algunos municipios concretos: en Sant Antoni de Portmany (Ibiza), por ejemplo, el alquiler se disparó casi un 71% en solo una década. En 2023, el importe medio de un alquiler superaba los 540 euros en 18 capitales de provincia, es decir, más de la mitad del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de ese año.
A esas capitales se suman las dos ciudades autónomas, aunque el INE no ofrece cifras de las tres capitales vascas ni de Pamplona, que previsiblemente también superarían ese umbral. Si se toma como referencia el 30% del SMI -el límite que fija la Ley de Vivienda para que un hogar se considere asequible-, el panorama es aún más preocupante: ninguna capital de provincia tenía una renta media inferior a 324 euros. En conjunto, el alquiler medio nacional fue de 649 euros mensuales, lo que supone una subida cercana al 5% respecto al año anterior.
El INE obtiene estos datos principalmente de fuentes fiscales, como las declaraciones del IRPF, lo que ofrece una visión realista del mercado, aunque con un pequeño sesgo a la baja, ya que divide los ingresos anuales entre 12 meses, incluso cuando el inmueble no estuvo alquilado todo el año. Por eso, las cifras difieren de las que publican los portales inmobiliarios, centrados en los precios de los nuevos contratos. Aun así, todas las fuentes coinciden en una misma conclusión: el alquiler en España se ha vuelto progresivamente inasequible, siguiendo una tendencia similar a la de otros países europeos.
Si se amplía el análisis a todas las localidades de más de 20.000 habitantes, excluyendo el País Vasco y Navarra, la situación no mejora: en cuatro de cada diez municipios, el alquiler medio supera el 50% del SMI. Y tomando como referencia el 30%, solo ocho de los 406 municipios permitirían alquilar sin poner en riesgo la estabilidad económica de un trabajador con el salario mínimo.
El economista Manuel Alejandro Hidalgo, profesor en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), explica que se trata de "un problema redistributivo con un claro componente generacional". Según él, los jóvenes, que son quienes más viven de alquiler, perciben salarios más bajos, mientras que los propietarios suelen pertenecer "al 75% más rico del país". Esto provoca una transferencia de renta desde los hogares con menos recursos hacia los más acomodados, lo que genera graves consecuencias a largo plazo: "Hay una generación que no podrá afrontar ciertos gastos cuando llegue el momento", advierte Hidalgo. Además, alerta de que este desequilibrio puede tener efectos políticos y sociales, ya que "si el sistema exprime constantemente a los de abajo, acabará cuestionado por quienes más sufren".
En términos absolutos, los alquileres más altos se concentran en zonas acomodadas del entorno de Madrid y Barcelona o en destinos turísticos. Pozuelo de Alarcón (Madrid), con 1.131 euros mensuales, y Sant Cugat del Vallès (Barcelona), con 1.086 euros, lideran la clasificación. En el extremo opuesto se encuentra Cieza (Murcia), donde el alquiler medio ronda los 303 euros al mes.
Las mayores subidas en los últimos diez años se registran en las Islas Baleares, con Sant Antoni (70,9%), Ibiza (69,5%) e Inca (68%) a la cabeza. Otras localidades con incrementos superiores al 60% son Moncada (Valencia), Estepona y Coín (Málaga) o Güímar (Tenerife).
Entre las grandes ciudades, Valencia lidera las subidas, con un aumento del 59% en una década, seguida de Málaga (52,8%), Barcelona (40,4%), Madrid (33,8%), Sevilla (31,6%) y Zaragoza (25,5%). Esta última, pese a ello, sigue siendo la más asequible entre las urbes de más de medio millón de habitantes, con una media de 536 euros, frente a los 949 de Barcelona o los 930 de Madrid.
Aunque el SMI ha aumentado más de un 60% desde 2018, este avance apenas ha mitigado la dificultad de acceso a la vivienda. En 2019, 24 capitales superaban el 50% del SMI en alquiler, y en 2022 eran 23. La mejora, aunque visible, sigue siendo insuficiente. Como concluye Hidalgo, "si una persona destina la mitad o más de sus ingresos a pagar el alquiler, da igual cuánto suba el salario mínimo: el problema seguirá ahí".