(El Economista, 02-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
El precio del petróleo está registrando su mayor alza desde noviembre pasado, impulsado por una serie de tensiones geopolíticas. Todo comenzó con una advertencia de Estados Unidos a Israel sobre un inminente ataque con misiles balísticos por parte de Irán. Poco después, se produjo un atentado en Tel Aviv y, finalmente, se confirmó el lanzamiento de misiles iraníes hacia territorio israelí. Ante este panorama, el barril de crudo Brent, que inicialmente había caído un 2%, rebotó hasta un 3,4%, alcanzando los 74 dólares y reduciendo las pérdidas anuales al 3%. En los momentos de mayor tensión, las subidas llegaron al 5%.
El aumento de las tensiones en Oriente Medio ha impactado rápidamente en los mercados, donde los inversores han dejado de lado, al menos temporalmente, las preocupaciones sobre el exceso de oferta de petróleo. Si el conflicto escala, el suministro global de crudo, un tercio del cual proviene de esta región, podría verse gravemente afectado, lo que genera preocupación sobre el futuro de los precios.
Estados Unidos había alertado a Israel de que Irán estaba preparando un ataque con misiles, lo que podría llevar a un conflicto de mayor escala e incluso a una confrontación directa, con la posible intervención estadounidense. A pesar de las advertencias de Estados Unidos, Irán no retrocedió y, en medio de la jornada bursátil en Wall Street, las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar en todo Israel debido al lanzamiento de misiles.
Según Tamas Varga, analista de PVM, las tensiones han incrementado la prima de riesgo geopolítico. Varga señala que, si el conflicto se intensifica, aliados de Irán como los hutíes o grupos paramilitares iraquíes podrían atacar a productores de crudo en Oriente Medio, como Arabia Saudí, lo que recuerda a lo sucedido en septiembre de 2019, cuando un ataque similar redujo la producción saudí en un 50%. Esto ha generado temores de que la oferta de petróleo se vea comprometida, y los mercados de crudo están reaccionando con volatilidad.
Con la confirmación oficial del ataque de Irán a Israel, los inversores han comenzado a buscar refugio en activos más seguros, lo que ha provocado una caída en los mercados de renta variable. Los índices bursátiles han cerrado en números rojos, alejándose de los máximos recientes. El Ibex 35 ha caído por debajo de los 11.700 puntos, tras haber estado cerca de los 12.000.
En Wall Street, el Dow Jones ha bajado un 0,41% hasta las 42.156 unidades, afectado por las caídas en Intel (+3,37%), Apple (+2,93%) y Microsoft (+2,26%), aunque Chevron (+1,65%) y Boeing (+1,42%) han limitado las pérdidas. El S&P 500 también ha caído un 0,93% hasta los 5.708 puntos, lastrado por la debilidad en el sector tecnológico, con Nvidia (-3,66%), Palo Alto Networks (-3,66%) y Dell (-4,56%) registrando fuertes caídas. Sin embargo, las subidas de ConocoPhillips (+3,89%), Marathon Oil (+3,83%) y Lockheed Martin (+3,68%) han mitigado la caída del índice.
Por otro lado, los inversores han buscado refugio en activos seguros como el oro y los bonos. El oro ha vuelto a marcar máximos históricos, subiendo un 1,3% y acercándose a los 2.670 dólares por onza. Los bonos estadounidenses a diez años, que habían visto caer su rentabilidad debido a los recortes de tipos de interés, han corregido ligeramente, situándose en el 3,74%.
El dólar, debilitado por la política monetaria más flexible de la Reserva Federal, ha vuelto a ganar terreno este martes. El índice del dólar, que lo mide frente a las principales monedas del mundo, ha subido un 0,56%, acercándose a los 101 dólares.