(El Economista, 03-09-2025) | Fiscal
El Impuesto sobre el Patrimonio, que grava las fortunas superiores a los dos millones de euros, sumó en 2023 un total de 7.190 contribuyentes más que tuvieron que pagarlo. Este aumento, unido al crecimiento del patrimonio de los más ricos en España -que ya roza el billón de euros-, elevó la recaudación un 58%, alcanzando los 1.978 millones de euros, según los datos publicados por la Agencia Tributaria.
El repunte de aportantes se explica por la decisión de varias comunidades autónomas -Madrid, Andalucía y Galicia- de recuperar el tributo, que hasta entonces mantenían total o parcialmente bonificado. Esta medida vino motivada por la creación, en diciembre de 2022, del Impuesto a las Grandes Fortunas, aprobado por el Gobierno central para recaudar lo que esas regiones dejaban de ingresar. Como reacción, los ejecutivos autonómicos del PP retiraron las exenciones para quedarse ellos con la recaudación.
Así, el número de contribuyentes que efectivamente pagaron Patrimonio pasó de 185.101 en 2022 a 192.291 en 2023, casi un 4% más. Conviene recordar que en 2022 no se registró ningún aportante en Madrid ni en Andalucía. Sin embargo, mientras crece el número de pagadores, desciende el de declarantes: en 2023 fueron 228.575, 1.790 menos que el año anterior, lo que supone el segundo retroceso consecutivo. Los expertos explican que muchos con cuotas muy bajas -100 o 200 euros- optan por no presentar la declaración para evitar la atención de Hacienda, ya que la sanción por no hacerlo ronda los 200 euros.
En total, los más de 228.000 declarantes (el 0,46% de la población) acumulan un patrimonio conjunto de 934.020 millones de euros, casi un 8% más que el año previo, impulsado por la buena evolución de los mercados financieros. La mayoría de esa riqueza, un 75%, está invertida en fondos, acciones y depósitos (708.884 millones), con un incremento cercano al 10%. Los inmuebles suponen el 18,5% del total; otros bienes y derechos -como concesiones, propiedad intelectual o criptomonedas- el 2,32%; seguros y rentas, el 1,76%; actividades económicas, el 1,26%; y objetos de lujo, arte o embarcaciones, el 0,23%.
El aumento del patrimonio global también ha elevado la riqueza media por contribuyente, que supera por primera vez los cuatro millones de euros (4,08 millones), un 9% más que en 2022. Es decir, un millón más de lo que poseían de media hace una década. En cuanto a renta, quienes presentan Patrimonio declaran unos ingresos anuales medios de 177.000 euros. Por comunidades, los madrileños encabezan la lista con 424.597 euros, seguidos por los andaluces (208.717) y los cántabros (190.000). En el extremo opuesto figuran los asturianos (88.389), los extremeños (92.252) y los castellano-manchegos (120.826).
Por su parte, el nuevo Impuesto a las Grandes Fortunas apenas recaudó 35 millones, ya que la mayor parte de la tributación quedó en manos de las comunidades gracias al Impuesto sobre el Patrimonio.
En cuanto a la distribución de activos, los grandes patrimonios redujeron a la mitad su exposición a criptomonedas, pasando de 1.800 millones en 2022 a 915 millones en 2023, muy lejos de los 2.100 millones registrados en 2021. En joyas, pieles, vehículos, embarcaciones y aviones el saldo ascendió a 1.228 millones (+5,7%), mientras que en arte y antigüedades cayó ligeramente hasta los 955 millones (-2,4%).