(El Economista, 14-10-2025) | Laboral
En las últimas semanas, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha difundido varios informes que señalan las carencias del sistema público de pensiones español y advierten de la necesidad de reformas urgentes. Este lunes, el centro de estudios ha presentado una propuesta concreta para garantizar su sostenibilidad: sustituir progresivamente el modelo actual por un sistema de cuentas nocionales. Según sus cálculos, esta transición, completada en un máximo de 20 años, podría generar un ahorro del 40% a largo plazo.
El estudio, titulado Transición hacia un Sistema de Pensiones de Cuentas Nocionales en España: Fundamentos, Diseño e Impacto y elaborado por José Enrique Devesa, Rafael Doménech y Robert Meneu, explica que el sistema de pensiones español presenta un desequilibrio financiero y actuarial creciente, con un déficit contributivo cercano al 2% del PIB. A esto se suman los costes de las pensiones no contributivas, los complementos a las mínimas y las clases pasivas, lo que agrava el problema estructural.
De acuerdo con las estimaciones de Fedea -y en línea con otros organismos como el Instituto de Actuarios-, los jubilados actuales reciben más en pensiones de lo que aportaron durante su vida laboral. Por ello, la fundación propone un sistema nocional de reparto, donde cada trabajador dispone de una "cuenta virtual" en la que se registran sus cotizaciones, revalorizadas en función del crecimiento económico o de los salarios. Al llegar la jubilación, el saldo acumulado se utiliza para calcular la pensión inicial según la esperanza de vida.
Los autores del informe sostienen que, si la economía creciera al ritmo de las últimas décadas, las pensiones iniciales serían un 12% inferiores, pero el sistema ganaría equidad y sostenibilidad, eliminando el desequilibrio actuarial. Estiman que la pensión media rondaría los 1.248 euros mensuales en 14 pagas, frente a los 1.421 euros que cobraban los nuevos jubilados en 2023, o los 1.639 euros registrados en agosto de 2025.
La principal ventaja de este modelo, según Fedea, es que vincula directamente las aportaciones con las prestaciones: por cada euro cotizado se recibiría un euro de pensión, frente al 1,12-1,25 euros actuales, reduciendo así la brecha entre contribuciones y beneficios. Si se incluyen los complementos no contributivos, la diferencia es aún mayor, ya que en 2025 un jubilado medio percibe un 62% más de lo aportado. Además, el sistema nocional incorpora mecanismos automáticos de ajuste que permiten adaptarse a cambios demográficos o económicos, indexando las pensiones al crecimiento del PIB, los salarios o la esperanza de vida.
Fedea recuerda que países como Suecia, Italia, Polonia o Letonia ya aplican este tipo de sistemas, y que, según la Comisión Europea (2024), en estos Estados el gasto en pensiones apenas aumentará un 0,1% del PIB entre 2019 y 2050, mientras que en países sin mecanismos de ajuste, como España, el incremento rondará los 3,3 puntos del PIB. En opinión del centro de estudios, este modelo garantiza una relación estricta entre cotizaciones y prestaciones, mejora la equidad intergeneracional y mantiene la función redistributiva del sistema mediante un pilar no contributivo financiado con impuestos.
La propuesta de Fedea contempla una transición gradual en 20 años, aplicable a quienes hayan nacido a partir de 1971. En un primer momento, coexistirían ambos sistemas: por ejemplo, un trabajador nacido en 1971 calcularía su pensión con un 5% bajo el modelo nocional y un 95% con el actual, mientras que los nacidos en 1990 ya se jubilarían completamente bajo el nuevo sistema.
Según sus simulaciones, esta transición reduciría de forma significativa el gasto en pensiones: con un crecimiento del PIB del 2,24%, el ahorro alcanzaría un 3,8% en 2050 y un 10,7% a largo plazo; si el crecimiento fuera más modesto (1,23%), el ahorro sería del 11,5% en 2050 y del 40,1% a largo plazo. En términos del PIB, el ahorro se situaría entre el 0,6% y el 1,7% en 2050, dependiendo del escenario económico.