(Expansión, 15-05-2024) | Fiscal

Los expertos en fiscalidad son claros en sus recomendaciones para impulsar el crecimiento económico: estabilidad normativa, mejora en la calidad de las leyes y una visión más a largo plazo en las reformas legislativas. La política fiscal desempeña un papel crucial en la competitividad empresarial, el crecimiento económico y la atracción de inversiones. Por eso, tanto desde la Administración como desde despachos y asesorías fiscales de grandes empresas, se demanda un entorno que brinde mayor seguridad jurídica en un contexto lleno de incertidumbres.

Joaquín Latorre, socio responsable de PwC Tax & Legal, resume estas tres recetas fiscales. Él advierte sobre la importancia de aumentar la seguridad jurídica para los contribuyentes, más allá del debate sobre la carga fiscal. La estabilidad normativa es clave para lograrlo. Los constantes cambios legislativos y su interpretación dejan a los contribuyentes en una situación complicada y afectan a su competitividad. Es necesario tener criterios claros y una mayor estabilidad en las normas, según Latorre.

En este sentido, la técnica legislativa juega un papel fundamental. Se ha abusado de figuras como los Reales Decretos para modificar la normativa tributaria sin los procesos ordinarios en el Parlamento. Antonio Morales, inspector de Hacienda y secretario general de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), coincide en que se deben seguir los trámites ordinarios en los procedimientos de reforma. Además, destaca la importancia de contar con la opinión de profesionales y funcionarios en la elaboración de normas.

Los cambios normativos repentinos han generado problemas en los últimos años, como los impuestos sobre grandes fortunas y los beneficios extraordinarios en sectores como la banca y la energía. Por ello, se recomienda tener en cuenta la opinión de los agentes sociales y técnicos al legislar, evitando decretos que después se anulan o no se convalidan.

Otro aspecto crucial para mejorar la competitividad y el crecimiento es adoptar una visión más a largo plazo en la legislación fiscal. La volatilidad de la normativa española y su constante cambio dificultan la atracción de inversión y talento. Es necesario legislar con horizontes normativos más amplios y alejados del corto plazo para aumentar la efectividad en la recaudación.

Además, la disrupción tecnológica también requiere adaptaciones en la normativa fiscal. Los contribuyentes son más tecnológicos y globales, y las leyes fiscales deben reflejar estas nuevas realidades. Aunque los desafíos fiscales son muchos, España tiene margen para mejorar su competitividad, siempre y cuando se considere el consenso de los expertos.

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