(El Economista, 06-05-2025) | Laboral
España ha vuelto a encabezar la clasificación de países de la Unión Europea con mayor proporción de trabajadores obligados a aceptar empleos a tiempo parcial por falta de alternativas laborales. En total, 1,14 millones de personas se encuentran en esta situación, lo que representa un 5,2% del conjunto de ocupados. Este dato es especialmente significativo teniendo en cuenta que el empleo a tiempo parcial solo representa el 13,8% del total en nuestro país, un porcentaje muy inferior al promedio europeo. Sin embargo, para cuatro de cada diez trabajadores a jornada reducida, esta modalidad no es voluntaria, sino consecuencia directa de la precariedad.
Esto evidencia que España no ha logrado avances significativos en un indicador que sigue muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis financiera, pese al notable crecimiento del empleo en los últimos años. Tras la reforma laboral de 2021, el Gobierno ha centrado su atención en reducir la jornada legal máxima de 40 a 37,5 horas semanales, dejando en un segundo plano la mejora de la calidad del empleo, aunque esta propuesta enfrenta obstáculos políticos.
Es cierto que el número de personas con empleo se aproxima a los 22 millones y que, por primera vez, el total de empleados a tiempo parcial superó los tres millones al finalizar 2024. No obstante, su peso sobre el empleo total sigue siendo más bajo que antes de la pandemia y de la crisis financiera, y también inferior al de la media europea (18,7%) y al de la eurozona (21,4%). Países como los Países Bajos (42,7%) o Alemania (30,8%) superan ampliamente a España, que ocupa el puesto 13 entre los 27 miembros de la UE en este aspecto.
Lo llamativo es que, pese a tener menor proporción de empleos a tiempo parcial, España presenta la tasa más alta de subempleo. Según Eurostat, esto se refiere a personas que trabajan a jornada parcial pero desean y están disponibles para trabajar más horas. Este dato se calcula sobre el total de ocupados, no solo sobre los empleados a tiempo parcial. En 2024, España superó incluso a Países Bajos, donde, a pesar de su alto porcentaje de empleo a tiempo parcial, el subempleo solo alcanza el 5,1%.
Esto sugiere que en España el empleo a tiempo parcial no representa una opción válida para la mayoría, a diferencia de otros países donde se utiliza para facilitar la conciliación o permitir que jóvenes compaginen estudios y trabajo, como en los modelos de formación dual presentes en Países Bajos y Alemania. En estos países, además, se han promovido fórmulas específicas como los minijobs en Alemania, trabajos de baja duración y salario, destinados originalmente a personas cercanas a la jubilación. Aun así, no han generado el mismo nivel de subempleo que se observa en España.
Aquí, el problema radica en la falta de oportunidades laborales. No solo es el país con más paro de la UE, sino que también enfrenta una carencia de servicios para el cuidado de hijos o personas dependientes, lo que obliga especialmente a muchas mujeres a reducir su jornada. Esta situación repercute en sus ingresos y, por extensión, en la economía familiar. Los datos son claros: el 8,1% de las mujeres trabajadoras están subempleadas, frente al 2,7% de los hombres. En comparación, en Países Bajos estos porcentajes son menores.
El análisis histórico, desde 2008, muestra que España siempre ha tenido dificultades con el subempleo, aunque en ese entonces se encontraba en una situación similar a otros países como Alemania, Francia o Suecia. Hoy, en cambio, estas economías han conseguido mejorar, mientras que España se ha quedado rezagada, superada por países como Países Bajos, Finlandia o Dinamarca, que pese a tener una mayor proporción de empleo a tiempo parcial, presentan menores niveles de subempleo.