(Expansión, 02-05-2024) | Laboral

El envejecimiento acelerado de la población, un fenómeno que se está observando tanto en España como en toda Europa, representa el principal desafío al que se enfrenta el país. Este desafío no solo afecta al gasto en pensiones, sino también a la sanidad, los cuidados de larga duración y las necesidades del mercado laboral.

A pesar de que en la última década han llegado a España alrededor de 10 millones de inmigrantes, el Banco de España estima que se necesitarían aproximadamente 24,6 millones de inmigrantes adicionales para el año 2053 con el fin de mantener la tasa de dependencia en su nivel actual del 26,6%. Esto significa que el número de personas nacidas en el extranjero en edad de trabajar tendría que ser significativamente mayor que el estimado por el Instituto Nacional de Estadística en sus proyecciones más recientes, que rondan los 10 millones adicionales.

Sin embargo, el Banco de España considera poco probable que la población inmigrante pueda resolver los desequilibrios entre la oferta y la demanda de empleo que podrían surgir en los próximos años, y mucho menos revertir el proceso de envejecimiento poblacional.

En un contexto donde el gasto en pensiones aumentará desde el 13,1% del PIB en 2023 hasta el 17,3% en 2050 según estimaciones de Bruselas, el Banco de España opina que las reformas realizadas hasta ahora son insuficientes y se requerirán medidas adicionales. Respecto a los incentivos para retrasar la jubilación, el banco central menciona la importancia de tener un horizonte temporal amplio para evaluar su efectividad, aunque advierte que su impacto en la reducción del gasto sería limitado en una primera aproximación.

Por ejemplo, si la mitad de los trabajadores retrasara su jubilación tres años, el ahorro sería de 0,5 puntos del PIB si se optara por un aumento del 4% en la pensión al momento de jubilarse, y de 0,7 puntos si se eligiera un pago único por los años de retraso. En general, el Banco de España estima que por cada año de aumento en la edad efectiva de jubilación, el gasto en pensiones podría disminuir entre dos y seis décimas del PIB.

El Banco de España reiteró su advertencia contra la tentación de aumentar las cotizaciones sociales para hacer frente al creciente gasto en pensiones, ya que esto podría perjudicar el empleo. Calcula que un aumento de 1 punto en las cotizaciones reduciría en 0,25 puntos el número de ocupados en cuatro años, es decir, destruiría alrededor de 53.000 empleos.

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