(Expansión, 20-03-2024) | Laboral

Los salarios están experimentando un notable crecimiento en toda Europa, impulsados por las demandas sindicales motivadas por la inflación y la escasez de ciertos perfiles profesionales. Sin embargo, este aumento es aún más pronunciado en España, donde se suma el incremento de las cotizaciones sociales, lo que ha llevado a que las empresas nacionales enfrenten el mayor aumento de costos laborales en el continente europeo, solo superado por Irlanda. Este panorama representa un cuádruple desafío para la economía española, ya que obstaculiza la creación de empleo, genera efectos inflacionarios secundarios, reduce la competitividad empresarial y merma el poder adquisitivo de los trabajadores, impactando en el consumo.

En la Unión Europea, los costos laborales aumentaron un 4% anual en el último trimestre del año pasado, según los datos más recientes de Eurostat, mientras que en la eurozona el incremento fue del 3,4%. Sin embargo, este aumento no se debe únicamente a los salarios, sino también a otros costos laborales como las cotizaciones sociales, los gastos de formación, las indemnizaciones por despido y los beneficios adicionales para los trabajadores, como los subsidios alimentarios, de transporte o de seguro de salud. En la mayoría de los países europeos, estos costos no salariales han aumentado más que los salarios, lo que ha generado un incremento del 4,6% en la UE y del 4,2% en la eurozona, en comparación con el 3,1% de los salarios.

En España, las diferencias se amplían aún más, siendo el segundo país de Europa con el mayor aumento de costos laborales no salariales, solo por detrás de Irlanda. Mientras que los salarios aumentaron un 4,2% en España entre el último trimestre de 2022 y el mismo período del año pasado, los costos laborales no salariales se dispararon casi el doble, un 8,3%. Este incremento se debe principalmente al aumento de las cotizaciones sociales, resultado del aumento de las bases mínimas y máximas de cotización y la introducción del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que se complementará con una cuota de solidaridad adicional para salarios que superen la base máxima de cotización a partir del próximo ejercicio. Además, muchas empresas no han podido aumentar los salarios de acuerdo con la inflación, lo que podría haber generado un sobrecoste en ciertos beneficios laborales para compensar a los empleados.

Esta situación convierte a España en el país con la mayor diferencia entre los costos salariales y los demás costos laborales, con una brecha de 4,1 puntos porcentuales, solo por detrás de Irlanda. Esta disparidad representa un desafío para la economía nacional, ya que afecta a la creación de empleo, genera inflación secundaria, reduce la competitividad empresarial y afecta al poder adquisitivo de los trabajadores, lo que a su vez impacta en el consumo privado.

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