(El Periódico, 23-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a ajustar sus previsiones para el crecimiento del PIB de España este año, elevándolas al 2,9%, casi el doble de lo que se proyectaba a inicios de año. Según el FMI, la economía española crecerá un 2,9% en 2024, tras revisar al alza sus estimaciones y aumentarlas medio punto porcentual respecto a las expectativas que se manejaban a mediados del año. Esto posiciona a España como el principal motor de crecimiento dentro de la Unión Europea, superando incluso a Estados Unidos, cuyo PIB se expandirá un 2,8% este año, según el último informe "Perspectivas Económicas Mundiales" del FMI, presentado en Washington DC durante su asamblea anual.
A comienzos de año, las previsiones para España indicaban un crecimiento del PIB de solo el 1,5%, apenas superior a la media europea. Sin embargo, tras las actualizaciones en abril y julio, el FMI ha revisado las cifras de manera significativa, situándolas en el 2,9%, prácticamente duplicando las previsiones iniciales. Esto significa que el crecimiento de la economía española será incluso mayor que el de la estadounidense, aunque las mejoras de las cifras para EE.UU. han sido más moderadas, con un aumento de solo dos décimas respecto al informe anterior.
El FMI tiene algunas reservas sobre si España podrá mantener este ritmo en 2025, cuando se prevé un crecimiento del 2,1%. Esta cifra no ha sido actualizada recientemente, permaneciendo estable mientras se disipan algunas incertidumbres económicas. Uno de los principales desafíos es la tasa de desempleo, que podría cerrar el año en un 11,6%, y reducirse solo cuatro décimas en 2025. Esta cifra es casi el doble de la media de los países vecinos, que se sitúa en un 6% para 2024 y un 5,8% para el año siguiente, según el informe del FMI.
Otro punto de preocupación es la inflación. Aunque en España ha descendido más rápidamente que en otras zonas de la eurozona, se estima que terminará el año en un 2,8%, por encima de la media europea y superando a países como Italia, Alemania o Francia. Las asignaturas pendientes siguen siendo las mismas: debilidad en la inversión privada, temor a un repunte en los precios de la energía, aumento de los costes laborales y baja productividad.
Por otro lado, sectores clave como el turismo siguen siendo un motor para la economía española. Este año, el turismo ha alcanzado un nuevo récord histórico, generando 77.156 millones de euros en los primeros nueve meses, lo que supone un aumento del 4,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos de Exceltur. En términos generales, las últimas previsiones del FMI son considerablemente más optimistas que las de hace unos meses, con mejoras generalizadas, salvo en casos específicos como Alemania o Japón, gracias a las nuevas políticas monetarias adoptadas por los bancos centrales de todo el mundo.
A pesar de esto, la eurozona en su conjunto ha visto una ligera revisión a la baja en su crecimiento para 2024, con una proyección media del 0,8%, el doble de lo registrado en 2023. Según el FMI, este crecimiento podría llegar al 1,2% en 2025. En el caso de China, las previsiones también se han ajustado a la baja, con un crecimiento estimado del 4,8% para este año, dos décimas menos de lo previsto, debido a las tensiones comerciales en la región del Pacífico. Por su parte, los mercados emergentes mantienen sus proyecciones sin cambios, con un crecimiento promedio del 4,2% tanto para este año como para 2025, siendo India el principal impulsor de la región con un avance del 7%.
Rusia también ha visto una mejora en sus previsiones, con un crecimiento del 3,6%, cuatro décimas por encima de lo estimado, debido a un menor impacto de las sanciones económicas y a su capacidad para estrechar lazos comerciales en Asia y otras regiones. En Latinoamérica, las expectativas también mejoran, con un crecimiento medio del 2,1% para este año, tres décimas más que las previsiones de principios de verano. Brasil lidera la región con un crecimiento del 3%, mientras que México muestra debilidad, con una revisión a la baja de siete décimas, situando su crecimiento en el 1,5% debido a la caída de la demanda interna.