(El Economista, 03-09-2025) | Laboral

En julio, la tasa de cobertura de la protección por desempleo alcanzó un máximo histórico -si se excluye el periodo de la pandemia- situándose en el 82,4%. No obstante, en nueve provincias el porcentaje superó el 100%, lo que significa que había más beneficiarios de prestaciones o subsidios que parados registrados con derecho a percibirlos. Un fenómeno inédito que el Ministerio de Trabajo presenta como un logro de la última reforma de las ayudas, aunque el propio SEPE matiza que la explicación principal está en el auge de los contratos fijos discontinuos.

En una aclaración incluida en sus estadísticas, el SEPE señala: "En las provincias con gran número de trabajadores fijos discontinuos, la tasa de cobertura puede rebasar el 100% en los meses de temporada baja". Esto ocurrió en Almería (125,3%), Huelva (135%), Jaén (114,3%), Baleares (114,3%), Huesca (105,6%), Teruel (105,2%), Soria (107,5%), Castellón (100,5%) y Cáceres (102,5%). Un año antes, solo Almería, Huelva y Jaén registraban esa situación, pese a que julio no se considera un mes de baja actividad en los sectores estacionales tradicionalmente vinculados a esta figura contractual antes de la reforma laboral.

La fórmula para calcular la tasa de cobertura es sencilla: se divide el número total de beneficiarios de prestaciones por desempleo entre la suma de los parados registrados con experiencia laboral y los perceptores del subsidio agrario.

Es importante tener en cuenta que, para cobrar una prestación, el requisito básico es haber trabajado previamente, aunque existen distintas modalidades de ayudas que cubren también a personas que no figuran como desempleados registrados o que incluso tienen un empleo. Antes de la pandemia, los casos más habituales eran los del subsidio agrario -en regiones como Andalucía o Extremadura- y los fijos discontinuos inactivos. El diseño de la fórmula sí corregía el efecto de los subsidios agrarios, pero no el de los fijos discontinuos.

La reforma laboral de 2012 ya había potenciado este tipo de contrato como alternativa en sectores turísticos, especialmente en Baleares, donde durante el invierno (temporada baja) se llegaron a registrar tasas del 147% en enero de 2019. Sin embargo, en julio ninguna provincia española superaba entonces el 100% y la media nacional se situaba en el 66,1%.

La pandemia alteró por completo esta dinámica con la generalización de los ERTE, que dispararon el número de beneficiarios de prestaciones sin figurar como parados registrados, al clasificarse como "demandantes ocupados". Esto elevó la tasa de cobertura al 91,1% en julio de 2020, con cinco provincias por encima del 100%: Málaga (115,6%), Baleares (171,5%), Las Palmas (116,2%), Santa Cruz de Tenerife (100,5%) y Girona (121,2%).

En 2021, la situación se normalizó: en julio ninguna provincia superaba el 100% y la media nacional cayó al 61,8%. No obstante, la nueva reforma laboral volvió a cambiar el escenario. La norma impulsó la contratación indefinida y limitó la temporalidad, extendiendo el uso del contrato fijo discontinuo a más sectores y permitiendo su utilización también a través de ETTs. El resultado fue inmediato y se ha intensificado con el tiempo: la tasa de cobertura en 2025 es 9,1 puntos superior a la de hace un año, cuando crecía a un ritmo del 5%.

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