(El País, 23-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El turismo volvió a situarse en 2024 como uno de los pilares de la economía española, al generar el 12,6% del producto interior bruto (PIB), el mismo peso que alcanzó en 2019, último año completo previo a la pandemia. En términos monetarios, esta aportación ascendió a 200.699 millones de euros, lo que supone dos décimas más que en 2023, cuando el sector representó el 12,4% del PIB, según los datos de la Cuenta Satélite del Turismo de España publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La evolución de los últimos años permite dimensionar con claridad el impacto de la crisis sanitaria y la posterior recuperación. En 2019, el turismo alcanzó su máximo histórico, con una contribución superior a los 157.300 millones de euros. La llegada de la covid-19 provocó un desplome sin precedentes: en 2020, la actividad quedó prácticamente paralizada durante varios meses, con niveles nulos en abril y mayo, lo que hundió su peso en la economía. En 2021, todavía condicionado por las restricciones a la movilidad y la lenta reapertura de los mercados internacionales, el turismo apenas representó el 7,8% del PIB, uno de los registros más bajos de la serie.
A partir de 2022, con la normalización progresiva de los viajes, el sector inició una recuperación sostenida. Ese año su aportación repuntó hasta el 12,1% del PIB, avanzó al 12,4% en 2023 y culminó en 2024 con el 12,6%, igualando el nivel previo a la pandemia. Cinco años después del estallido de la crisis sanitaria, el turismo completa así su ciclo de recuperación y consolida de nuevo su posición estructural dentro de la economía española. Además, dado que el conjunto de la economía ha crecido desde 2019, la aportación superior a los 200.000 millones supone un máximo histórico en términos absolutos.
Este avance se explica porque la actividad turística ha evolucionado a un ritmo más intenso que el del conjunto de la economía. En 2024, la demanda final turística -que recoge el gasto directo de los visitantes en transporte, alojamiento, restauración, ocio y otros servicios- aumentó un 8,2%, frente al crecimiento del 6,4% registrado por ese mismo componente del PIB nacional. En la práctica, el gasto vinculado a los viajes ha sido uno de los principales impulsores del crecimiento económico general.
Los datos del INE también apuntan a una mejora en productividad. Al comparar la evolución del PIB turístico con la del empleo, se observa que el sector está creciendo por encima de la media sin un aumento proporcional del número de trabajadores, lo que indica una mayor generación de valor añadido por empleado. Según el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, Óscar Perelli, este comportamiento "demuestra que el crecimiento del turismo responde a factores estructurales positivos y no únicamente a un incremento del volumen de actividad".
Perelli añade que la contribución real del turismo podría ser incluso superior a la reflejada actualmente. A su juicio, si el INE aplicara de forma homogénea a toda la serie histórica los criterios metodológicos introducidos en 2022, el peso del turismo en el PIB ya superaría los niveles de 2019 en términos comparables, situándose en máximos históricos. Desde Exceltur reclaman también una mayor agilidad en la publicación de las estadísticas -que actualmente se difunden con cerca de un año de retraso- y una armonización completa de los datos. Con este escenario, las previsiones del sector apuntan a que la aportación del turismo podría alcanzar el 13,1% del PIB en 2025.
Dentro del análisis del gasto turístico, el turismo internacional volvió a ganar protagonismo. En 2024, el consumo de los visitantes extranjeros concentró el 55,6% del total del gasto turístico interior, 1,2 puntos porcentuales más que en 2023. Desde el inicio de la recuperación tras la pandemia en 2021, esta cuota ha aumentado en 15,4 puntos, reflejando el creciente peso del turismo receptor en el conjunto del sector.
Este mayor protagonismo se sustenta en cifras récord. Durante 2024, España recibió 93,76 millones de turistas internacionales, un 10% más que el año anterior. El gasto asociado a estos visitantes alcanzó los 126.143 millones de euros, una cifra que previsiblemente será superada en 2025, dado que hasta octubre ya se habían acumulado 118.600 millones. A ello se suma el fuerte incremento del gasto medio diario por turista, que ha pasado de unos 140 euros en 2019 a cerca de 200 euros en lo que va de año.
El sector explica este aumento tanto por el repunte generalizado de los precios tras la pandemia como por un cambio en el perfil del visitante y en la oferta turística. Por un lado, la inflación ha encarecido los servicios turísticos; por otro, se ha producido un reposicionamiento del sector hacia productos de mayor valor añadido. Este cambio es especialmente visible en el ámbito hotelero, donde han ganado peso los establecimientos de cuatro y cinco estrellas y los visitantes procedentes de mercados con mayor poder adquisitivo, como Estados Unidos, Asia u Oriente Medio. Perelli destaca también el auge de experiencias de mayor valor añadido, que han adquirido relevancia social y sitúan al turismo en una posición competitiva frente a sectores más orientados a bienes materiales.
La recuperación del peso del turismo en el PIB ha tenido un reflejo directo en el mercado laboral. En 2024, el empleo en las actividades características del sector alcanzó los 2,78 millones de puestos de trabajo, lo que representa el 12,3% del total de la economía española, una décima más que el año anterior. Tras el desplome provocado por la pandemia -cuando el empleo turístico se redujo en casi un millón de personas y cerró 2020 con 1,74 millones de ocupados-, el sector no solo ha recuperado los niveles previos, sino que los ha superado ampliamente, frente a los aproximadamente 2,67 millones de empleos que registraba en 2019.