(El País, 30-09-2024) | Fiscal
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha pedido este viernes al Gobierno de España que disminuya el impuesto sobre el valor añadido (IVA) que se aplica a los productos sanitarios, destacando que España se encuentra entre los países de la Unión Europea con una de las cargas impositivas más elevadas en este ámbito. Mientras países como Italia, Francia, Alemania y Portugal ya aplican tipos reducidos que van del 4% al 9%, en España la mayoría de los productos de tecnología sanitaria están gravados con un IVA general del 21%. El think tank de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) advierte que esta situación pone tanto a los consumidores como al sistema sanitario español en desventaja frente a otros países europeos.
En un informe presentado este viernes, el IEE sostiene que reducir el IVA no solo garantizaría una mayor equidad fiscal en comparación con los países vecinos, sino que también tendría un impacto positivo en el sistema sanitario público y en la economía en su conjunto. Según sus cálculos, bajar el IVA del 21% al 4% en productos sanitarios esenciales podría generar un ahorro de hasta 1.330 millones de euros anuales para el sistema de salud pública, lo que supondría un alivio importante para las arcas públicas. Este ahorro podría destinarse a mejorar infraestructuras, adquirir nuevos equipos y contratar más personal sanitario. El IEE hace esta propuesta en un momento en el que Sumar, socio minoritario del Gobierno, ha planteado aplicar un IVA del 21% a la educación y a los seguros sanitarios privados.
El informe del IEE también resalta que la reducción de este impuesto podría contribuir a reducir las listas de espera, uno de los problemas recurrentes de la sanidad española. Según argumenta el centro de estudios, al facilitar el acceso a tecnología médica avanzada, tanto en el sector público como en el privado, se podría aumentar la capacidad operativa de los hospitales y centros de salud, modernizar los equipos y mejorar la eficiencia en la atención sanitaria. Esto no solo reduciría los tiempos de espera, sino que también mejoraría la calidad del servicio, especialmente en áreas donde las demoras son más preocupantes, como en las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas.
Además, el informe subraya que la medida podría beneficiar a los hogares, especialmente a los de menores ingresos, al hacer más accesibles productos médicos esenciales a un menor coste. Se estima que esta rebaja del IVA incrementaría la renta disponible de las familias en unos 530 millones de euros anuales, reduciendo el precio de productos como prótesis, dispositivos para el control de la diabetes, marcapasos, instrumentos de otorrinolaringología y otros materiales médicos de uso frecuente.
El informe también critica que la actual carga fiscal desincentiva tanto la inversión pública como la privada en nuevas tecnologías sanitarias, un aspecto clave para mejorar los resultados en salud y asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario. Según el IEE, una reducción del IVA podría favorecer el crecimiento del sector sanitario privado, permitiendo que inviertan en equipos más avanzados y atraigan a más pacientes, lo que a su vez aliviaría la presión sobre el sistema público.
En el pasado, España aplicaba un IVA reducido para estos productos, pero en 2013 la Justicia europea obligó a aumentar los tipos tras una reclamación de la Comisión Europea, que consideraba que la normativa comunitaria no permitía ese tipo reducido. Sin embargo, con la nueva normativa europea, ahora es posible que los Estados miembro apliquen tipos reducidos e incluso superreducidos, lo que, según el IEE, hace "urgente" que España se adapte a estas nuevas posibilidades. No hacerlo, concluye el think tank, sería una "subestimación" del impacto que estos productos tienen en la mejora de la salud pública y en situaciones de emergencia, como las vividas durante la pandemia.