(El País, 10-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El Consejo de Ministros aprobó este martes el anteproyecto de reforma de la ley del tabaco, cuya principal novedad es la prohibición de fumar en terrazas. La norma también iguala el tratamiento de los cigarrillos electrónicos al del tabaco tradicional y, por primera vez, veta su consumo en menores de edad -no solo su venta-. Antes de entrar en vigor, deberá superar la tramitación parlamentaria, donde el Gobierno no tiene garantizada la mayoría suficiente.

Sanidad intentó incluir en el texto otra medida anunciada previamente: el empaquetado genérico. Esta propuesta, que comenzó como real decreto, se incorporó inicialmente al anteproyecto, pero finalmente se eliminó tras el rechazo de varios ministerios y un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que cuestionaba su utilidad. El empaquetado neutro, ya vigente en más de 20 países, obliga a que todas las cajetillas sean iguales, sin logotipos, y con un diseño y tipografía estándar. Estudios internacionales señalan que reduce el consumo y frena la incorporación de nuevos fumadores.

Rodrigo Córdoba, portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, lamenta su exclusión: "El empaquetado genérico podría ayudar a que hasta 80.000 personas dejaran de fumar. Sin embargo, Sanidad ha dado más peso al criterio de la CNMC que a la evidencia científica".

La medida central de la reforma será la ampliación de los espacios sin humo. Además de las terrazas, quedará prohibido fumar -ya sea tabaco convencional o electrónico- en un radio de 15 metros alrededor de accesos a edificios públicos, centros educativos, sanitarios y parques infantiles. Los vehículos de uso laboral también se considerarán centros de trabajo y, por tanto, quedará vetado el tabaco en ellos. Tampoco se permitirá fumar en campus universitarios, centros de formación de adultos, recintos deportivos, piscinas públicas y espacios destinados a espectáculos, tanto cubiertos como al aire libre.

La ministra de Sanidad, Mónica García, defendió la iniciativa como un nuevo paso para situar a España "a la cabeza en la lucha contra el tabaquismo". Recordó que ya lo fue en 2005, con la prohibición de fumar en espacios de trabajo cerrados, y en 2010, cuando se amplió a bares y restaurantes. García subrayó la urgencia de actualizar la normativa: "El tabaco provoca la muerte de 140 personas al día, unas 50.000 al año, y está detrás del 30% de los cánceres".

El texto también establece un marco legal para productos que hasta ahora no tenían regulación específica, como cigarrillos electrónicos, bolsitas de nicotina, productos herbales para fumar o vaporizar (como shishas o mezclas vegetales sin tabaco) y dispositivos para tabaco calentado. Todos ellos tendrán las mismas restricciones que el cigarrillo tradicional, con prohibiciones de consumo en espacios cerrados y exteriores ya delimitados, venta y uso en menores, y restricciones absolutas a la publicidad, promoción y patrocinio, también en redes sociales y entornos digitales.

La nueva ley incluye, además, la prohibición de dispositivos desechables de un solo uso, que Sanidad considera especialmente nocivos para el medioambiente y muy atractivos para los jóvenes. Paralelamente, el Ministerio tramita un Real Decreto para prohibir los saborizantes en los vapeadores, en fase de consulta en la Unión Europea, donde algunos países temen que choque con las normas de competencia. La ausencia de una regulación clara había permitido hasta ahora que estos productos se promocionaran en conciertos, festivales y redes sociales a través de influencers con gran impacto en adolescentes y jóvenes, entre quienes el uso del vapeo no deja de crecer.

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