(Cinco Días, 04-06-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Los primeros días de junio están siendo protagonizados por una tendencia bajista en los mercados bursátiles. La creciente incertidumbre en torno a los aranceles y la publicación de datos macroeconómicos poco alentadores han empujado a los inversores a buscar activos considerados seguros, situando nuevamente a la deuda pública de la eurozona como una opción atractiva. En este contexto, el Tesoro ha dado inicio al calendario de emisiones del mes con una subasta de letras a seis y doce meses.
Solo una semana después de haber captado 13.000 millones de euros en la tercera emisión sindicada del año, el organismo dirigido por Paula Conthe ha colocado 5.780,61 millones en letras, a los tipos más bajos registrados desde septiembre de 2022. Pese al descenso de los rendimientos, el interés por la deuda española sigue siendo alto: la demanda ha superado los 9.380 millones, lo que representa una ratio de cobertura de 1,62 veces. De ese total, las solicitudes de los pequeños inversores han alcanzado los 2.417,4 millones, lo que supone un 25,7% del total adjudicado.
La mayor parte de la emisión corresponde a letras a 12 meses, por un importe de 3.926,67 millones. El tipo marginal se ha situado en el 1,893%, ligeramente por debajo del 1,9% anterior, marcando su nivel más bajo desde septiembre de 2022. Esta evolución está en línea con el comportamiento del mercado secundario, influenciado por la moderación de la inflación y las expectativas de recortes de tipos por parte del Banco Central Europeo.
El entorno actual difiere notablemente del vivido en 2022, cuando el BCE, junto a otros bancos centrales como la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra, emprendía agresivas subidas de tipos para combatir una inflación desbocada. En septiembre de ese año, el BCE aprobó un aumento histórico de 75 puntos básicos.
En cuanto a las letras a seis meses, se han colocado 3.751,94 millones al 1,915%, el rendimiento más bajo desde octubre de 2022. Al igual que en el caso de las letras a un año, la caída de los tipos no ha reducido el interés por parte de los pequeños ahorradores. La falta de alternativas atractivas en la banca tradicional y el componente de seguridad continúan posicionando a las letras del Tesoro como un producto popular entre los minoristas. Además, con una inflación en mayo situada en el 1,9%, estas letras a seis meses logran, aunque por poco, mantener su rentabilidad real positiva. Las peticiones no competitivas -procedentes en gran medida de particulares- han ascendido a 1.209,65 millones, una cifra superior a los 846 millones registrados en la subasta anterior.