(El País, 10-07-2025) | Laboral
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) reduce en tres puntos porcentuales la probabilidad de acceder al empleo, y los beneficiarios trabajan, en promedio, 0,6 días menos al mes. Además, el mecanismo diseñado para fomentar la incorporación al mercado laboral no corrige estas limitaciones. Estas son algunas de las principales conclusiones del informe elaborado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que analiza anualmente esta prestación estatal dirigida a hogares en situación de vulnerabilidad. El informe correspondiente a 2025, que coincide con el quinto aniversario del IMV, profundiza por primera vez en cómo afecta esta ayuda a la participación laboral de quienes la reciben.
Desde el Ministerio de Seguridad Social consideran que esta evaluación sobre el incentivo al empleo resulta "prematura", ya que los únicos datos disponibles corresponden a su primer año de implementación (2023). En este sentido, señalan que "sería más adecuado esperar a contar con una base estadística más amplia". "La conclusión no nos sorprende", afirmó la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, durante la presentación del informe. Explicó que la literatura económica ya anticipa que las ayudas de último recurso pueden influir en la oferta de trabajo, al elevar el umbral mínimo de ingresos que alguien está dispuesto a aceptar para incorporarse a un empleo.
No obstante, Herrero también destacó algunos efectos positivos del IMV sobre el empleo: aumenta las probabilidades de obtener contratos indefinidos, permite a los beneficiarios rechazar empleos inestables, mejora la adecuación entre las competencias y el tipo de trabajo y facilita procesos de recualificación profesional. A partir de estas conclusiones, la Airef recomienda rediseñar por completo el incentivo al empleo. Sugiere que dicho mecanismo sea visible para los posibles beneficiarios, tenga una duración claramente definida y pueda ajustarse al momento en el que se accede al trabajo y al tipo de jornada laboral.
Otro aspecto relevante del análisis se refiere al tiempo que los beneficiarios permanecen recibiendo la ayuda. El 90% lo percibe durante más de un año, el 75% supera los dos años y el 60% continúa más allá de los tres. Según la Airef, estos datos, junto con el impacto sobre el empleo, hacen necesario revisar la efectividad de las herramientas que buscan facilitar la transición desde la prestación hacia un empleo. Además, el informe advierte que no ha mejorado la llamada tasa de "non take-up", es decir, la proporción de personas con derecho a la ayuda que no la solicitan. El 55% de los potenciales beneficiarios del IMV y el 72% de quienes podrían acceder al Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI) no lo piden. Aunque la Seguridad Social agrupa ambas ayudas dentro del IMV en sus estadísticas, la Airef las analiza por separado.
En su anterior informe, la Airef ya había señalado que una parte importante de quienes no solicitan el IMV reciben otro tipo de ayudas, especialmente las rentas mínimas gestionadas por las comunidades autónomas. Por ello, pide una mayor coordinación entre el Ministerio de Seguridad Social y los gobiernos regionales para abordar esta cuestión.
Desde el ministerio, dirigido por Elma Saiz, se insiste en que aún es pronto para extraer conclusiones definitivas sobre el incentivo al empleo y que será más útil evaluar su impacto cuando esté más consolidado y sea más conocido entre la población. También destacan que el IMV mejora las condiciones de vida de los hogares en otros ámbitos, como la vivienda o la educación, y refuerza sus posibilidades de inserción laboral a largo plazo.
El ministerio recoge como dato positivo que el IMV incrementa en un 3% la probabilidad de acceder a un contrato indefinido entre quienes ya están trabajando. Aunque el informe de la Airef no analiza específicamente la calidad del empleo, desde la Seguridad Social se considera que contar con esta ayuda permite a las personas esperar hasta encontrar un puesto más adecuado a su formación y con mejores condiciones.