(La Vanguardia, 16-10-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha corregido al alza la cifra de inflación correspondiente a septiembre, situándola finalmente en el 3%, una décima más de lo previsto inicialmente y tres décimas por encima del dato de agosto. Este repunte refleja la dificultad para reconducir los precios hacia niveles normales, amplía la brecha con la zona euro -donde el índice se sitúa en el 2,2%- y devuelve al IPC a su nivel más alto del año, igualado con el de febrero. Por su parte, la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos, se mantiene en el 2,4%, igual que en agosto, aunque una décima superior a la estimación preliminar publicada a mediados de septiembre.
Desde el Ministerio de Economía atribuyen el incremento al llamado efecto base de los carburantes y, en menor medida, de la electricidad, que este año han descendido menos que en el mismo mes de 2023. La comparación con aquel septiembre -el mes con la inflación más baja en los últimos cuatro años y medio, del 1,5%, debido a la fuerte caída de los precios de los combustibles- hacía prever un resultado más elevado este año.
No obstante, la variación mensual ofrece un dato positivo: los precios bajaron un 0,3% respecto a agosto, algo habitual tras el verano. Los paquetes turísticos nacionales se abarataron un 28,7%, los internacionales un 4,6% y los vuelos, tanto nacionales como extranjeros, descendieron un 22%. En un contexto de crecimiento económico sólido, con reducción del desempleo y una deuda pública en retroceso respecto al PIB, la inflación se mantiene como el principal desafío macroeconómico, al tener un impacto directo en el poder adquisitivo de los hogares.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas ilustran bien esta situación: tras dos meses de descensos interanuales, sus precios volvieron a subir, del 2,3% al 2,4%. Desde el Gobierno se destaca que algunos productos, como el aceite de oliva, han registrado fuertes caídas -un 43% menos en el último año-, lo que beneficia al consumidor. Sin embargo, otros artículos esenciales continúan encareciéndose con fuerza: el café sube un 19,9%, los huevos un 17,5%, la carne de vacuno un 16,5% y el chocolate un 15,6%, entre otros.
Otro aumento destacado es el de la tasa de recogida de basuras, que se dispara un 30,3%, coincidiendo con la aplicación de una nueva tarifa obligatoria por mandato europeo. Según Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, "los servicios -impulsados por la presión demográfica y el turismo- y los alimentos frescos siguen siendo los principales motores inflacionistas. Además, la electricidad ha dejado de ser un elemento favorable respecto a la zona euro, especialmente desde el apagón de abril". Aun así, considera que la inflación podría moderar su ritmo en los próximos meses gracias a los efectos base.
Si no se producen shocks imprevistos, como una intensificación de la guerra comercial, esa mejora podría notarse a partir de noviembre y diciembre, ya que el final de 2024 registró un repunte fuerte de precios y la comparación interanual será más favorable. "Probablemente este sea el punto máximo del año; a partir de ahora podría bajar gradualmente hasta el 2,6% o 2,7%", estima el economista Javier Santacruz, quien advierte de la persistencia de precios altos en alimentos y energía.
Por su parte, Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, considera que no hay motivo de alarma: "Aunque España crece muy por encima de la media de la zona euro, su inflación subyacente está en niveles similares. La diferencia se explica principalmente por la energía, pero esa brecha se reducirá pronto". Por regiones, Ceuta (3,9%), Madrid (3,5%) y Comunidad Valenciana (3,4%) registran las mayores subidas de precios, mientras que Canarias (2,2%), Murcia (2,4%) y Cataluña (2,6%) presentan los incrementos más moderados.