(El País, 26-06-2025) | Mercantil, civil y administrativo

Tras seis trimestres consecutivos con un crecimiento trimestral igual o superior al 0,7%, la economía española moderó su avance al 0,6% entre enero y marzo, según ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística (INE), ratificando así el dato preliminar publicado a finales de abril. Aunque se ha producido una leve desaceleración respecto al trimestre anterior, el ritmo de crecimiento sigue siendo sólido, sobre todo si se compara con otros países europeos. Por ejemplo, Francia apenas logró un crecimiento del 0,1% y Alemania un 0,4%, este último favorecido por un adelanto en las exportaciones ante la amenaza de aranceles.

El buen comportamiento de la economía española permite afrontar con mayor solidez los posibles efectos de la crisis comercial impulsada por la Administración Trump. Los expertos prevén que el impacto directo sobre el PIB español será limitado debido al escaso peso de las exportaciones a Estados Unidos. Además, se espera que España mantenga un ciclo de crecimiento apoyado en factores internos como la fortaleza del consumo, la creación de empleo, el aumento de la inmigración y la mejora del poder adquisitivo de los hogares. El turismo, aunque con menor intensidad que en periodos anteriores, seguirá siendo un motor económico. Por su parte, el sector de la construcción ha iniciado una etapa de crecimiento, reflejada en indicadores como el consumo de cemento o el aumento de licencias de obra, si bien aún se está lejos de niveles suficientes para resolver el déficit de vivienda.

En términos interanuales, el Producto Interior Bruto creció un 2,8%. De este porcentaje, 3,2 puntos provinieron de la demanda interna, mientras que la demanda externa restó 0,4 puntos. En el primer trimestre, la demanda nacional aportó 0,5 puntos al crecimiento y la externa contribuyó con 0,1 puntos.

El consumo de los hogares, que había sufrido por el repunte inflacionario, se está recuperando y fue el principal impulsor del crecimiento, con una subida del 0,6%. La inversión registró un aumento del 1,6% gracias a la actividad en el sector inmobiliario y a la compra de maquinaria, enlazando así dos trimestres de fuertes incrementos tras haber permanecido rezagada en los años postpandemia, a pesar del apoyo de los fondos europeos. Este repunte de la inversión también viene acompañado de una incipiente recuperación del crédito a las empresas, algo poco común desde la crisis financiera, salvo durante episodios puntuales como el de la pandemia.

En contraste, el gasto público, que había sido un pilar del crecimiento tras la covid, cayó un 0,4% en el primer trimestre coincidiendo con la entrada en vigor de las nuevas normas fiscales de la Unión Europea. Las exportaciones crecieron un 1,7%, ligeramente por encima del 1,6% registrado en las importaciones.

En el caso español, no se ha observado el mismo adelanto de exportaciones de bienes que en Alemania para esquivar aranceles. No obstante, destaca el notable incremento del 9% en las exportaciones de servicios empresariales en el trimestre. Por el contrario, el turismo internacional descendió cerca de un 4%, una bajada que puede atribuirse a una corrección después del fuerte crecimiento del 13% en el trimestre anterior.

En cuanto a la moderación del crecimiento económico, esta se interpreta como una normalización tras un periodo de expansión superior al que marcan los fundamentos económicos. El fuerte impulso del turismo postpandemia, el aumento de la inmigración y el elevado gasto público han sido factores clave de ese crecimiento excepcional. Según analistas e instituciones, el crecimiento potencial de la economía española se sitúa alrededor del 1,6% anual, lo que debería traducirse gradualmente en tasas trimestrales próximas al 0,4%.

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