(El Economista, 21-07-2025) | Laboral
El Ingreso Mínimo Vital (IMV), aprobado en 2020 durante el gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, fue presentado como una herramienta clave para combatir la pobreza en España, especialmente la infantil. Así lo defendió Pablo Iglesias en su intervención ante el Congreso de los Diputados tras su aprobación: "Es una herramienta para luchar contra la pobreza infantil y garantizar la igualdad de oportunidades para todos los niños". Sin embargo, con el paso del tiempo, la eficacia de esta ayuda ha sido puesta en entredicho, ya que no logra sacar a las familias beneficiarias de la situación de pobreza de forma efectiva.
En el caso de una familia con dos hijos que recibe el IMV, se necesitaría trabajar 56 horas a la semana con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para poder superar el umbral de pobreza. Esto supone jornadas de 11,2 horas diarias, lo que excede con creces los límites legales de 40 horas semanales y 8 horas diarias, según la normativa laboral española.
Este problema se vuelve aún más evidente al compararlo con otros países de la OCDE, donde España figura entre los diez en los que más horas semanales hay que trabajar con el SMI para salir de la pobreza. Solo naciones como Estonia (80 horas), Estados Unidos (80), Letonia (74), Eslovenia (73), Israel (70), República Checa (68), Canadá (60) y Hungría (59) superan las cifras españolas. En promedio, en los países de la OCDE se requieren 49 horas, frente a las 56 que se necesitan en España.
En comparación con países vecinos y potencias europeas, España también queda en una posición desfavorable. Portugal, aunque también está por encima de la media, requiere 51 horas semanales, cinco menos que España. Francia y Alemania presentan cifras mucho más bajas: 43 y 36 horas respectivamente, posicionándose entre los países donde menos tiempo hay que trabajar para salir de la pobreza si se percibe el IMV.
El contraste más llamativo lo ofrece Reino Unido, donde bastan solo 13 horas semanales trabajando con el SMI y percibiendo el IMV para dejar atrás la situación de pobreza. Esto representa 43 horas menos a la semana que en España. Las horas necesarias también varían según la composición familiar. En hogares formados por una pareja desempleada con dos hijos, se alcanza el máximo de 56 horas. En el caso de una persona sola sin hijos, bastan 30 horas; una pareja sin hijos necesita trabajar 42, y un adulto soltero con dos hijos requiere 43 horas semanales.
Este dato contrasta con los hallazgos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que en su último análisis señala que el IMV puede estar desincentivando el acceso al empleo. Según este organismo, los beneficiarios del IMV tienen un 12% menos de probabilidades de incorporarse al mercado laboral, y además, trabajan un 11% menos de horas. Aunque este fenómeno también se da en otros países con prestaciones similares -como Francia, Alemania o Estados Unidos-, la AIReF destaca que los incentivos laborales asociados al IMV no están logrando contrarrestar ese efecto desincentivador.
En cuanto al alcance de esta ayuda, los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, correspondientes a junio, indican que 472.766 hogares reciben el IMV, lo que representa un aumento del 23% respecto al mismo mes del año anterior. Si se incluyen también las familias que perciben el complemento a la infancia (CAPI), el total de hogares beneficiarios asciende a 736.867. De ellos, 220.554 reciben solo el IMV básico, con una prestación media de 583,94 euros al mes; 252.212 hogares cuentan con la ayuda completa (884,35 euros de media); y 264.101 perciben también el CAPI, que supone un ingreso adicional de 124,89 euros mensuales.