(Expansión, 06-05-2025) | Fiscal
El Gobierno estima que en 2025 ingresará 9.000 millones de euros adicionales gracias a las medidas fiscales ya adoptadas, y prevé sumar otros 3.000 millones más mediante la reducción de beneficios fiscales y nuevas medidas impositivas, según ha comunicado a la Comisión Europea. Entre sus planes, Hacienda no descarta igualar la fiscalidad del diésel a la de la gasolina, aunque todavía no cuenta con los apoyos parlamentarios necesarios para llevarlo a cabo.
El Ejecutivo confía en batir un nuevo récord de recaudación el próximo año, impulsado por la reforma fiscal aprobada en diciembre. Además, ha informado a Bruselas de que trabaja en nuevas medidas para incrementar los ingresos en torno a 3.000 millones de euros, antes de que finalice el año. Esto incluye tanto la revisión de beneficios fiscales como nuevas iniciativas tributarias. La equiparación del impuesto sobre el gasóleo con el de la gasolina sigue sobre la mesa, aunque no ha conseguido el respaldo político necesario hasta ahora.
Estos planes se recogen en el Informe de Progreso Anual 2025, remitido a finales de abril a la Comisión Europea como parte de las nuevas reglas fiscales de la UE y para actualizar el Plan Fiscal estructural a medio plazo enviado el pasado octubre.
En el documento se detallan tanto las medidas ya implementadas como aquellas aún en proceso. Destacan especialmente dos frentes: la reducción de beneficios fiscales -un compromiso incluido en el Plan de Recuperación vinculado a los fondos Next Generation- y nuevas acciones para aumentar de forma estructural la recaudación pública. En el primer caso, el objetivo es incrementar los ingresos en un 0,1% del PIB, lo que equivaldría a unos 1.500 millones de euros, apoyándose en los informes elaborados por la Airef, que sugieren reformas en deducciones fiscales y tipos reducidos.
En cuanto al segundo frente, el Ejecutivo busca alcanzar un aumento estructural de ingresos del 0,4% del PIB en dos fases: una primera, ya completada con un alza del 0,3%, y una segunda pendiente que se implementaría antes del cuarto trimestre de 2025.
Entre las medidas pendientes, una de las más relevantes es la equiparación fiscal entre diésel y gasolina. Esta subida -estimada en unos 10 céntimos por litro, excluyendo al transporte profesional- formaba parte del plan fiscal de diciembre, pero fue retirada por presiones políticas, especialmente de Podemos. Su aplicación sigue en suspenso mientras se evalúa el cumplimiento de los compromisos asociados al quinto desembolso de fondos europeos.
Aunque el Gobierno prevé cierta desaceleración en el crecimiento de los ingresos públicos, mantiene su previsión de un incremento del 6% en 2025, lo que elevaría la ratio de ingresos sobre PIB del 40,9% al 41,3%. Esta estimación se basa en la retirada de las rebajas fiscales temporales sobre energía y alimentos, la estabilidad jurídica -sin fallos judiciales en contra- y el impacto de las nuevas medidas, como el impuesto mínimo a multinacionales, el aumento de la fiscalidad del ahorro, los tributos sobre la banca y los cigarrillos electrónicos.
El Ejecutivo considera que está cumpliendo sus compromisos con la UE, previendo una reducción del gasto público del 44,1% al 44% del PIB y logrando un déficit del 2,5% (sin contar los costes derivados de la DANA). Además, asegura contar con un colchón fiscal de 7.300 millones de euros gracias a la moderación del gasto en 2024, lo que le permitiría hacer frente a posibles desviaciones en el futuro.