(El País, 17-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, anunció este martes, tras el Consejo de Ministros, la actualización de las previsiones económicas del Gobierno, un paso clave en el proceso de elaboración de los Presupuestos de 2026. Si el Ejecutivo logra sacarlos adelante -un reto complejo debido a la fragmentación parlamentaria-, pondría fin a la dinámica de prórrogas que se mantiene desde hace dos años, ya que las cuentas vigentes siguen siendo las de 2023.
El presidente del Gobierno ya había adelantado el lunes que se revisaría al alza la previsión de crecimiento para este ejercicio, en línea con lo que en los últimos meses han hecho tanto instituciones nacionales como internacionales. Organismos como la Comisión Europea o el Banco de España han corregido al alza sus cálculos sobre la economía española, que sigue mostrando fortaleza pese a las tensiones comerciales y geopolíticas. Con este ajuste, el Ejecutivo eleva su proyección hasta el 2,7%, por encima de la estimación del FMI (2,5%) y en línea con la del Banco de España, que la situó en el 2,6%.
El PIB creció un 0,7% en el segundo trimestre, un ritmo superior al del inicio del año y mejor de lo esperado. Según Cuerpo, ese mismo porcentaje se repetirá en el tercer trimestre, lo que situaría la tasa interanual en torno al 2,8% y llevaría a cerrar 2025 con un crecimiento del 2,7%. El impulso proviene sobre todo de la inversión y el consumo de los hogares, que han tomado el relevo de las exportaciones y el gasto público, motores clave en la etapa pospandemia. La mejora del empleo, unas condiciones de financiación más favorables y los fondos europeos aún por desplegar refuerzan estas perspectivas.
No obstante, este dinamismo económico contrasta con las dificultades políticas del Ejecutivo para sacar adelante proyectos legislativos de envergadura como los Presupuestos Generales del Estado, dada su situación de minoría parlamentaria y el desgaste de su bloque de investidura. A comienzos de septiembre, el Gobierno publicó en el BOE la orden ministerial que marca las directrices para los ministerios y define sus prioridades. Ese paso abrió oficialmente la elaboración de las nuevas cuentas, pero aún quedan por aprobar el techo de gasto y la senda fiscal, que requieren el aval del Congreso y constituyen ahora mismo el principal obstáculo.