(El Economista, 05-09-2025) | Laboral
Como ocurre cada verano, el mercado laboral ha reflejado en los últimos meses su fuerte dependencia de la estacionalidad: se genera empleo con la llegada de la temporada estival y, una vez finaliza agosto, vuelven a crecer las listas de demandantes en el SEPE. Sin embargo, lo llamativo este año es que en julio, pese a la reducción del paro, aumentó el gasto en prestaciones por desempleo.
El presupuesto destinado por el Ministerio de Trabajo superó los 2.004 millones de euros, lo que supone un incremento del 6,5% respecto al mismo mes del año anterior, aun cuando el paro bajó hasta los 2,4 millones de personas, 145.631 menos que un año antes y el nivel más bajo desde 2007. Este contraste se explica porque creció el número de beneficiarios de prestaciones.
En términos absolutos, se destinaron 124 millones de euros más a cubrir las ayudas a quienes habían perdido su empleo y buscaban otro. Entre los factores que explican este repunte, según los últimos datos del departamento de Yolanda Díaz, figura el aumento tanto de las prestaciones contributivas como de los subsidios, con un avance especialmente acusado de estos últimos respecto a julio de 2024.
El subsidio se concede cuando se agota la prestación contributiva o cuando no se reúnen los requisitos mínimos de cotización para acceder a ella. En un año, el gasto destinado a estos apoyos creció un 11,4% y el número de beneficiarios un 11,8%, consecuencia en gran parte de la reforma del nivel asistencial aprobada en noviembre. Esta modificación, enmarcada en el Plan de Recuperación, amplió durante un año el importe de la ayuda y la hizo extensiva a nuevos colectivos, como los menores de 45 años sin cargas familiares y los trabajadores agrarios fuera de Andalucía y Extremadura.
La parte contributiva también explica buena parte del incremento del gasto. En julio se destinaron 98,6 millones de euros más (un aumento superior al 7%), mientras que los beneficiarios crecieron un 5%. Esto resulta significativo porque el número de eventuales agrarios con prestación contributiva se redujo prácticamente a la mitad.
Según el Gobierno, en los últimos años los desempleados acceden a la prestación con salarios más altos, y el hecho de haber elevado al 70% el porcentaje de la base reguladora que cubre el paro ha empujado la cuantía media por encima de los 1.000 euros, aunque en julio se situó en 976 euros. También influye el caso de los trabajadores con contrato fijo-discontinuo que, aunque no figuran como parados, sí pueden cobrar el desempleo durante los periodos de inactividad.
Todo ello llevó a que en julio la tasa de cobertura -el porcentaje de desempleados que perciben alguna prestación- alcanzara un récord histórico del 82,39%, 6,8 puntos por encima de la registrada un año antes, y la más alta de la serie si se excluye la etapa del covid. Como adelantó elEconomista.es, esta tasa incluso supera el 100% en nueve provincias, es decir, hay más beneficiarios de prestaciones que personas en paro registradas. Hace un año, esto ocurría solo en tres.
Según los últimos datos, en julio se dieron casos en Almería (125,3%), Huelva (135%), Jaén (114,3%), Baleares (114,3%), Huesca (105,6%), Teruel (105,2%), Soria (107,5%), Castellón (100,5%) y Cáceres (102,5%). El SEPE atribuye este fenómeno a la alta concentración de trabajadores fijos-discontinuos en esas zonas. "En provincias con un volumen elevado de este tipo de contratos, la tasa de cobertura puede superar el 100% en los meses de menor actividad", explicó el organismo al difundir los datos.