(Expansión, 18-04-2024) | Fiscal

Los ingresos tributarios en España se fundamentan en cuatro pilares principales: el IRPF, el Impuesto de Sociedades, el IVA y los Impuestos Especiales, junto con las cotizaciones sociales, que constituyen las principales fuentes de recaudación para el Estado, representando conjuntamente el 80% de los ingresos no financieros.

Durante la burbuja inmobiliaria, estos cuatro impuestos experimentaron una alta presión fiscal, alcanzando el 18% del PIB en 2007 debido al auge económico impulsado por el sector inmobiliario. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja, la recaudación se desplomó hasta el 12,8% del PIB en 2009.

Desde entonces, la presión fiscal ha ido en aumento, especialmente durante los gobiernos de Pedro Sánchez, alcanzando su punto máximo del 18,2% del PIB entre 2019 y 2022, aunque se moderó ligeramente al 17,8% en 2023. Este análisis fue publicado por Funcas y elaborado por el catedrático Desiderio Romero Jordán utilizando datos recientes de la Agencia Tributaria.

Según el informe, el principal responsable de este incremento en la presión fiscal es el IRPF, debido a los constantes aumentos tanto en la base gravable como en los tipos impositivos. Esto se debe en parte a la falta de ajuste generalizado de la progresividad para compensar el efecto de la inflación en los contribuyentes.

Esta actitud ha sido objeto de críticas por parte de varios partidos políticos. Recientemente, el Congreso apoyó una propuesta del PP para actualizar el Impuesto de la Renta con el IPC, lo que ha permitido al Gobierno aumentar la recaudación durante la crisis inflacionaria. Según estimaciones de la Airef, esto ha supuesto un incremento de 6.200 millones de euros en la recaudación en 2021 y 2022 debido al aumento de precios.

A pesar de las fluctuaciones coyunturales, la presión fiscal sobre los cuatro principales tributos ha aumentado en promedio 0,36 puntos de PIB por año desde 2010, acelerándose significativamente durante la era Sánchez, llegando a 0,61 puntos anuales entre 2020 y 2022. En conjunto, estos impuestos han crecido en 1,4 puntos de PIB entre 2019 y 2023, coincidiendo con la pandemia de Covid y las tensiones geopolíticas tras la invasión rusa de Ucrania.

El informe también destaca el aumento de la presión fiscal sobre el IVA, con un incremento del 1,2 puntos de PIB entre 2010 y 2023, especialmente durante los primeros años del gobierno de Sánchez debido al impacto inflacionario.

Por otro lado, la presión fiscal sobre el Impuesto de Sociedades ha mostrado una tendencia descendente desde su máximo en 2007 (4,2% del PIB), situándose actualmente en torno al 2% del PIB o al 2,6% si se incluyen los impuestos temporales a bancos y energéticas.

Los Impuestos Especiales también han experimentado un descenso, principalmente debido a la falta de actualización de los tipos de gravamen a la inflación, lo que ha generado un debate sobre la necesidad de revisar estos impuestos para mantener su efectividad a lo largo del tiempo.

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