(Cinco Días, 17-09-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Los inversores siguen con atención la próxima reunión de la Reserva Federal, y el mercado de divisas refleja mejor que nadie esa expectación. Aunque se da por hecho que el banco central estadounidense retomará la senda de recortes en los tipos de interés, las previsiones de que el Banco Central Europeo (BCE) no vuelva a abaratar el dinero han dado impulso al euro frente al dólar. En la víspera de la decisión de la Fed, el billete verde pierde un 0,4% frente a la moneda comunitaria y se sitúa en los 1,18 dólares por euro, su nivel más alto desde julio y muy cerca de máximos no vistos desde 2021.
La inestabilidad política en Francia, que ha llevado a que la deuda gala pague junto con la italiana las primas de riesgo más elevadas de Europa, no ha restado atractivo al euro. Según los analistas de ING, la mejora en la deuda soberana de España y Portugal compensa las dudas francesas, mientras que el clima de optimismo global sostiene la demanda de la divisa común. Además, el temor a un escenario extremo -como la disolución de la Asamblea Nacional- parece haberse disipado, y tanto los intereses como el volumen de la deuda francesa representan un reto más de largo plazo que inmediato.
Los datos macroeconómicos europeos también respaldan al euro. Tras los mensajes de Christine Lagarde que anticipan el final del ciclo de bajadas de tipos, este martes el índice de confianza inversora en Alemania (publicado por el instituto ZEW) superó con creces lo previsto: marcó 37,3 puntos frente a los 34,7 de junio, cuando el consenso esperaba un retroceso. "Las perspectivas económicas han mejorado de forma notable en el tercer trimestre frente a la primera mitad del año", señaló Robin Winkler, economista de Deutsche Bank. Alemania, sin embargo, se contrajo un 0,3% en el segundo trimestre.
Ni siquiera el repunte de las tensiones en Oriente Medio ha frenado la debilidad del dólar en este 2025. En un ejercicio marcado por las presiones políticas de la Casa Blanca sobre la Fed y por la pérdida del dólar y de la deuda estadounidense como refugio seguro, las mejores expectativas para la economía europea han reforzado la confianza en la moneda única, que ya acumula una subida cercana al 14% en lo que va de año.