(Cinco Días, 25-11-2024) | Mercantil, civil y administrativo
La economía de la zona euro atraviesa un período de mayor fragilidad, intensificando las expectativas de recortes en los tipos de interés. El sector servicios, que había sido clave para sostener la actividad empresarial, ahora entra en contracción, lo que afecta significativamente al índice PMI. En noviembre, la actividad empresarial en la eurozona descendió a 48,1 puntos, su nivel más bajo en 10 meses. Aunque el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, considera que lo más relevante es la tendencia a la baja de los tipos, el mercado anticipa una reducción de 50 puntos básicos en la reunión de fin de año.
Tanto el euro como los mercados de deuda reaccionan con volatilidad: la moneda europea, que ya reflejaba el temor a una escalada en la guerra comercial tras la victoria de Donald Trump, cayó por debajo de 1,05 dólares, alcanzando mínimos no vistos desde noviembre de 2022. Desde su máximo anual, el euro acumula una pérdida del 6,7%, aunque su descenso en el año se modera al 4,2%. A pesar de esta caída, la divisa está lejos del mínimo de 0,98 dólares registrado en septiembre de 2022. Según Kristoffer Kjaer Lomholt, jefe de investigación de divisas de Danske Bank, el euro está bajo una presión significativa.
La debilidad del euro, justo cuando la inflación empezaba a acercarse al objetivo del 2% fijado por los bancos centrales, representa una amenaza. Las importaciones de países ajenos a la zona euro, especialmente de materias primas valoradas en dólares, se encarecen. Esto repercute directamente en el aumento de costos para llenar un tanque de gasolina, por ejemplo, y en el incremento de los precios de insumos básicos. Estos mayores costos de producción obligan a las empresas a trasladarlos al precio final de sus productos y servicios para mantener su rentabilidad.
El mercado de deuda muestra una reacción aún más marcada. Tras días de mayor cautela por parte de los inversores debido a las tensiones geopolíticas, la expectativa de recortes de tipos más significativos acelera la caída de los rendimientos. Esta tendencia se observa en todos los plazos, pero afecta especialmente a los vencimientos a corto plazo, más sensibles a los cambios en los tipos de interés. La rentabilidad de los bonos alemanes a dos años cae 11 puntos básicos, su mayor descenso desde julio, y por momentos se sitúa por debajo del 2%, algo que no ocurría desde noviembre de 2022. Por su parte, los bonos a 10 años retroceden seis puntos básicos hasta el 2,25%, mientras que los bonos españoles a ese mismo plazo se mantienen en torno al 3%.
"Este informe deja claro que un recorte de 50 puntos básicos está sobre la mesa", afirmó Matthew Landon, estratega global de JP Morgan Private Bank, en declaraciones a Bloomberg. En menos de un día, la probabilidad de que el BCE reduzca los tipos en 50 puntos básicos en diciembre ha subido del 15% al 50%. Para Commerzbank, el deterioro económico en la zona euro ha superado las expectativas. Con un sector manufacturero en contracción desde hace meses, el sector servicios comienza ahora a mostrar signos de debilidad tras un crecimiento marginal en los últimos meses. Estos datos refuerzan las preocupaciones sobre el futuro de la economía europea, afectada por factores como la crisis política en Alemania, los desequilibrios fiscales en Francia y el temor a una intensificación de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Mientras De Guindos minimiza la importancia de la magnitud de los recortes, el gobernador del banco central de Grecia, Yannis Stournaras, opina que los tipos deberían seguir bajando hasta alcanzar el 2%. Desde los niveles actuales, esto implicaría un ajuste de 125 puntos básicos, alineado con los 150 puntos básicos que los mercados ya descuentan.