(El Economista, 03-12-2025) | Mercantil, civil y administrativo
El euríbor diario a doce meses ha arrancado diciembre con una notable intensidad. En apenas dos sesiones ha repuntado un 2%, pasando del 2,209% al 2,244%, un salto muy significativo dado el estrecho rango en el que suele moverse este indicador. De hecho, el aumento registrado en estos dos días equivale prácticamente al avance completo de los últimos meses.
Este brusco movimiento inicial parece responder a un reajuste de las entidades financieras ante la expectativa de que el Banco Central Europeo mantenga los tipos estables durante un largo periodo. Hasta hace poco, el mercado aún descontaba la posibilidad de un recorte adicional por parte del BCE.
De hecho, el mercado de swaps -instrumento utilizado por los inversores para protegerse de las variaciones en los tipos de interés- sigue reflejando más probabilidades de una bajada que de una subida. Aunque hace tiempo que se descartó el último recorte que habría reducido los tipos desde el 2% actual hasta el 1,75%, tampoco se aprecia una inclinación hacia un ciclo alcista por parte del banco central.
Según el índice de Bloomberg sobre swaps, apenas se asigna un 15% de opciones a que el BCE reduzca tipos en algún momento de 2026. Tampoco los futuros del euríbor -otra referencia clave para los inversores- apuntan a un sesgo al alza, al menos hasta finales de 2027. Para el vencimiento de diciembre de ese año, estos futuros sitúan el índice en torno al 2,25%, lo que puede interpretarse como el momento en el que el BCE empezaría a plantearse subir el precio del dinero. Hasta entonces, la curva de futuros permanece prácticamente plana en torno al 2%.
Los indicios de que el euríbor pueda seguir alejándose de los tipos oficiales del BCE son escasos. El indicador de referencia de las hipotecas variables tiende a mantenerse muy cercano a las decisiones del banco central. En la actualidad, los 24 puntos básicos de diferencia respecto al tipo oficial están en línea con la media de la última década. Desde mediados de 2024, con la entrada en juego de los tipos negativos, la tasa de depósitos del BCE se ha convertido en la principal referencia. El diferencial medio ha sido de unos 27 puntos básicos. En pleno ciclo de subidas, el euríbor llegó a situarse más de 150 puntos básicos por encima del tipo oficial.
Si el euríbor no se relaja en diciembre, encadenará su quinta subida mensual consecutiva. Con el nivel actual del 2,24%, todavía no implicará un aumento de las cuotas hipotecarias para quienes revisen su préstamo anualmente, ya que en diciembre del año pasado el índice estaba en el 2,436%. Sin embargo, las hipotecas con revisión semestral sí están notando este repunte: el euríbor lleva cuatro meses consecutivos al alza y podría sumar un quinto si se mantiene la tendencia.
Este comportamiento está relacionado en parte con unos datos de inflación peores de lo previsto. En noviembre, la inflación de la eurozona subió al 2,2% desde el 2,1% de octubre. Este leve repunte, inesperado, refuerza la idea de que el BCE no considerará una bajada de tipos a corto plazo. El euríbor se mueve principalmente en función de las expectativas del mercado sobre la actuación futura del BCE, y este dato apunta a una prolongación del tipo oficial en el 2%.
El BCE también ha publicado su encuesta de consumidores de noviembre, y los hogares no esperan que los precios se moderen. Prevén una inflación del 2,8%, una décima más que en octubre, algo que preocupa al BCE por sus posibles consecuencias.
Además, los cambios de mes suelen provocar movimientos significativos en el euríbor. Entre septiembre y octubre subió un 2,79% en solo cuatro días, y entre agosto y septiembre avanzó un 3,39% también en cuatro sesiones. Al fin y al cabo, el euríbor refleja el coste de los préstamos entre bancos, y los ajustes que realizan a principio de mes pueden generar tensiones temporales.