(Expansión, 19-07-2024) | Mercantil, civil y administrativo
El Banco Central Europeo (BCE) reduce la velocidad, pero no para hacer un cambio brusco de dirección, sino para avanzar con más precaución y lentitud en un camino complejo. Así lo interpreta la política monetaria la institución liderada por Christine Lagarde, quien anunció ayer en su cumbre en Fráncfort que mantiene los tipos de interés en el 4,25%, nivel al que se redujeron en junio.
El BCE, por lo tanto, optó por una pausa esperada. La inflación está mejorando y acercándose al objetivo del 2%, pero se prevén "obstáculos en el camino", y por ello se elige la prudencia tras varios años de crecimiento de precios por encima de lo deseado.
"Las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien entrado el próximo año", detalló el Consejo de Gobierno en su comunicado.
A diferencia de cuando subió los tipos, en que el organismo actuó de manera rápida y decisiva, la persistente inflación interna -que aún ronda el 4%- ha llevado al BCE a diseñar una estrategia de relajación con pausas. La autoridad monetaria se da así más tiempo para observar la evolución de la inflación antes de seguir reduciendo el coste del dinero, aunque ahora se asume que solo hay una dirección: a la baja.
"La información más reciente respalda, en términos generales, la evaluación anterior del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación a medio plazo. Aunque algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayoría se han mantenido estables o han descendido en junio", resumió el BCE.
De esta forma, la institución con sede en Fráncfort optó por un comunicado equilibrado, "con pros y contras", como describió Lagarde, y que refleja la necesidad de esperar para "tener más convicción".
La solidez del mercado laboral y la incipiente recuperación económica de la zona euro son los elementos que permiten a la institución tomarse su tiempo para decidir si vuelve a bajar los tipos pronto.
No parece que la espera vaya a durar para siempre. La presidenta del BCE señaló la cumbre de septiembre como la próxima en la que la autoridad monetaria podría recortar sus tasas al indicar que esa posibilidad "está completamente abierta".
En esa cumbre, además de conocer una serie de datos macroeconómicos sobre salarios y productividad, el BCE también contará con información actualizada al publicar nuevas proyecciones de crecimiento e inflación. "Entre ahora y septiembre recibiremos mucha información. Es lo que miraremos para ver si confirma el camino de la desinflación. Será un verano ajetreado", señaló Lagarde.
Los datos sobre negociaciones salariales, que se publicarán el 22 de agosto; los datos sobre productividad, que saldrán a la luz el 14 de ese mismo mes, y los datos sobre los costes laborales unitarios y los márgenes empresariales, que estarán disponibles desde el 6 de septiembre, serán los pilares sobre los que se basará el debate del Consejo de Gobierno.