(Expansión, 25-11-2024) | Mercantil, civil y administrativo

El Banco Central Europeo (BCE) continúa avanzando hacia una política monetaria más flexible. Bajo la dirección de Christine Lagarde, la institución ha reducido los tipos de interés en tres ocasiones desde el máximo histórico del 4% hasta el 3,25% actual, y prevé nuevos recortes en el futuro. Además, está considerando un cambio significativo en el mensaje que transmite al mercado.

Hasta ahora, el BCE ha reiterado en sus comunicados, desde junio, su compromiso de "asegurar que la inflación vuelva al objetivo del 2% a medio plazo, manteniendo los tipos de interés en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario". Sin embargo, según fuentes cercanas a la institución consultadas por Expansión, este compromiso podría desaparecer pronto del discurso oficial. La eliminación de esta declaración enviaría un mensaje que facilitaría condiciones de financiación más relajadas, reconociendo que ya no es imprescindible mantener una política que frene la economía para lograr el objetivo inflacionario.

En la reunión de octubre en Eslovenia, algunos miembros del Consejo de Gobierno ya cuestionaron la utilidad de mantener ese compromiso, dado que las reducciones de tipos de interés parecen inevitables, independientemente de su ritmo. No obstante, el debate sobre el tema no se profundizó y quedó pendiente para próximas citas, con diciembre como el momento clave para retomarlo. En esa reunión, el BCE contará con nuevas proyecciones macroeconómicas, datos sobre salarios y, probablemente, otro recorte de tipos.

Actualmente, el debate interno del Consejo de Gobierno se centra en decidir si es necesario reducir rápidamente los tipos hasta el nivel neutral, que no afecta al crecimiento económico, o incluso entrar en terreno expansivo, o si, por el contrario, se debería mantener una estrategia más cautelosa y limitarse a los niveles de equilibrio. En este contexto, no se espera una oposición significativa por parte de los "halcones", quienes representan el ala más estricta de la institución, según fuentes cercanas a las discusiones en Fráncfort.

Aunque sigue siendo difícil determinar con precisión dónde se sitúa el tipo de interés neutral, la garantía de que el BCE se alejará de una política monetaria restrictiva permitirá al mercado anticipar entre tres y cuatro recortes adicionales en los tipos de interés, además del esperado en diciembre. Esto llevaría los tipos a niveles cercanos al 2,5%-2%, reflejándose rápidamente en las condiciones de financiación y en indicadores como el euríbor.

Este enfoque permite al BCE mantener la flexibilidad necesaria para ajustar su política según los datos, sin comprometer su credibilidad. Esto resulta crucial en un entorno de alta incertidumbre económica y comercial, exacerbado tras la elección de Donald Trump en Estados Unidos.

Sin embargo, este cambio en el mensaje requiere una comunicación clara para evitar malentendidos. Si los inversores interpretan que el BCE considera que ya ha alcanzado el nivel de tipos neutrales, o está muy cerca, podrían producirse ajustes no deseados en los mercados. Christine Lagarde tendrá la tarea de transmitir estos matices con precisión, aunque los miembros del Consejo podrán aportar sugerencias durante la reunión. Este cambio en la comunicación marcará el inicio de una nueva etapa en la política monetaria del BCE.

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